pero igual deben sentirse aludidos, el jefe de
Estado, la Asamblea Nacional, el Fiscal, mi amigo el Defensor, el
Contralor, los que buscamos una solución civilizada a la crisis, los que
la no buscan ni la quieren encontrar, y por supuesto, los propios
magistrados de la instancia judicial, porque si en alguna oportunidad la
justicia tiene que entrar por casa, es precisamente esta.
LAS CHICANAS JURIDICAS. Escribía Baroja, que todo español
es abogado salvo prueba en contrario y como en el particular, los
venezolanos somos una edición aumentada, pero nunca corregida de nuestros
referidos ancestros, valga la advertencia, en este caso, contra la argucia
leguleya o el diferimiento malicioso, que han sido fórmulas expeditas de
nuestros burócratas para salirse por la tangente.
Una equivocación prohibida, sería la de retrasar el
referendo revocatorio, so excusa de laguna legal. No hay tal laguna, ni
legal ni operativa, que impida la convocatoria inmediata, cuanto antes,
sin chicanas dilatorias, de una consulta popular. Lo escribimos, porque no
había concluido el cocktail de bienvenida a las nuevas autoridades
electorales, cuando el Presidente en una forma jaquetona, provocadora,
hizo una afirmación en contrario.
Días atrás, en un programa de TV lo advertíamos. La
vigente Ley Orgánica del Poder Electoral, LOPE, (G.O 37.573 de
19/11/2003) no derogó, toda la normativa preexistente relacionada
con la materia, como es usual cuando el parlamento hace tabla rasa
legislativa. Al contrario. Su disposición transitoria quinta, se limitó
a declarar que dejaba sin efecto, solamente, “las normas legales que
colidan con la presente Ley”.
La vigencia de esas leyes y reglamentos anteriores, entre
otros el que regula la celebración de referendos, que vendrían a
complementar la LOPE, está fuera de discusión. Así lo ha reconocido la
propia Sala Constitucional, SC, en varias sentencias dictadas después de
la promulgación de esta última, entre otras, la del 27/01/2003, en la
que expresó: “la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política,
(de 3/11/97, acotamos nosotros) instrumento legal vigente en todo lo
que no contradiga a la Constitución, regula lo relativo a la realización
de consultas populares mediante referendo”.
El sistema jurídico venezolano, no nació ayer. Ni el 2 de
febrero de 1999, a pesar de lo que crean algunos lunáticos. Fue ese mismo
cuerpo normativo, con sus disposiciones sobre
registro civil y electoral, publicidad política, estatuto del
funcionariado y operación de ese Poder del Estado, el que permitió la
celebración, no de uno, sino de seis comicios en los últimos cuatro años,
incluidos tres referendos, el de la llamada Constituyente, el sindical y
el de consulta para ratificar la Constitución.
Si tal conjunto de normas fue tan generoso, al extremo de
permitir semejante avalancha de sufragios ¿no sirve, ahora, para convocar
el referendo revocatorio del mandato del Presidente, sobre todo si está
fuera de toda duda que se trata de disposiciones todavía vigentes?
LOS FRUCTIFEROS ERRORES. Al contrario de prohibirlas, Bolívar
fue un creyente de la fertilidad de las equivocaciones. “Las cosas para
hacerlas bien –escribía El Libertador- hay que hacerlas dos veces: es
decir, la primera enseña a la segunda”.
El articulista, también es cruzado de la fertilidad del
error, aunque desde una perspectiva distinta: la del solo ejercicio mnemotécnico.
El 26/01/2003, Alfredo Avella, entonces presidente del CNE,
acudió a la SC, a ejercer una acción de la revisión contra una
controvertida medida cautelar de la Sala Electoral del TSJ. En los siete
meses subsiguientes, la SC de ese mismo TSJ, no se pronunció sobre la
demanda, por lo que los venezolanos durante ese tiempo tuvimos
secuestrado, entre otros, el derecho a convocar referendos.
El 06/08/2003, la misma SC, dentro del proceso que culminó
en el nombramiento judicial de los rectores del CNE, habilitó a este último
para dictar “normas que permitan que se adelanten procesos
electorales y refrendarios”.
¿Podrá el presidente Chávez, el TSJ o autoridad alguna,
con base en el fallo referido en último término, volver a secuestrar las
consultas populares, hasta
que se sancionen las nuevas normas a cargo del CNE?
Pero ahora, según el magistrado Rincón, está prohibido
equivocarse. Ya antes lo había advertido Carter, en una forma más lacónica.
Es que los norteamericanos siguen siendo unos subdesarrollados, en lo que
se refiere a declaraciones altisonantes ¡No tricks! Humildemente.
|