La Operacion Chávez Abarca

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El gentío se burla, se mofa, hace chistes muchas veces crueles, por la evidente proliferación de estos complots . . .


 

  Los servicios de inteligencia bolivarianos, acaban de atrapar a Francisco Chávez Abarca. Un redomado terrorista, conspirador y potencial magnicida –si nos atenemos a la información difundida oficial- aunque fuentes independientes y por lo mismo  más creíbles señalan que no se trata de ningún James Bond, sino de un ladrón de automóviles, corriente, moliente y vulgar.

 

El gentío se burla, se mofa, hace chistes muchas veces crueles, por la evidente proliferación de estos complots. Algunos hablan que van por 54, las denuncias de estos pretendidos planes magnicidas. Otros de mala o peor uva, no sabemos si para devaluarlos, como quien deprecia nuestro signo monetario, los contabiliza en  centenares,

Hace pocos años, la propia CIA, hizo su propio mea culpa, en esta materia.

Para atentar contra la vida de Fidel Castro, por ejemplo, los agentes de la contrainteligencia norteamericana, planificaron más de 700 operaciones. Así como lo leen: alrededor de siete centenares de intentonas, entre ataques dinamiteros, envenenamientos, lanzamientos de misiles inteligentes, utilización de la macumba o de la propia santería cubana, elaboración de habanos emponzoñados, inoculación de tiña tonsurante en la legendaria barba del camarada Comandante, para debilitarla, para dejarlo calvo en esa geografía del cuerpo humano y así restarle musculatura revolucionaria, un Sansón del Caribe, a merced de los filisteos.  Total, una tentativa por mes, en los casi  50 años de la dinastía Castro.

Las matemáticas son infalibles. Es cuestión de sacar papel y lápiz. Si en medio siglo contra Fidel, planificaron 700 intentonas, no tiene nada de particular, que en poco más de una década contra, quien se considera su hijo, las fuerzas del mal y sus aliados más recalcitrantes, hayan orquestado 100 o más complots del mismo tenor.  Solo que no llegó a ejecutar ninguno. Ni contra el padre, ni contra de su benjamín.

En cuanto a la utilización del hampa común –incluidos ladrones de autos y rateros de medio pelo - para el exterminio de  cierta clase de jefes de Estado, tampoco hay nada nuevo bajo el Sol.

 Después del fracaso de la invasión de “Bahía de Cochinos”, Richard M. Nixon, decidió que era hora de buscar verdaderos profesionales.       Fue cuando convocó al Salón Oval, a los principales capos de la mafia siciliana. En las célebres cintas que causaron la caída del “Dicky-Triky” se escucha su voz carrasposa dando las instrucciones del caso. Los lectores de servirán recordar que los modales y la forma de expresarse de Nixon no eran las mejores:

-Ustedes, que son bien, pero bien (censurado), se van para esa isla de (censurado) y me (censurado) a ese (censurado). Y ya lo saben: si fallan los  cuelgo por (censurado).

Los pupilos de don Corleone viajaron a La Habana. Pero ni éllos ni quien los envió, contaban con un arma secreta de la pretendida víctima. Nos referimos a las millares de “jineteras” que han proliferado en la llamada “Revolución del 26 de julio”. Así que los presuntos sicarios en lugar de cumplir su “trabajo” se dedicaron a pasarlo gordo en la isla. Hay quien asegura que hoy reposan en las fundaciones de concreto armado de algún rascacielos de Manhattan.

Toda modalidad de violencia política, no solo hay que condenarla, sino que denunciarla con firmeza. Por lo mismo he aquí nuestra modesta contribución –aunque mal nos paguen- para identificar al verdadero responsable de estos complots magnicidas que crecen como la verdolaga, en Venezuela, pero que a todas luces son producto de la guerra informativa de alguna agencia gubernamental.

¿Quién se beneficia con estos cuentos del centenar de planes magnicidas? La respuesta es evidente. Nos referimos al individuo que le cobra a la pretendida víctima, en barriles de petróleo contantes y sonantes, por proteger su vida o por el know how necesario para haber salido ileso de 700 o más atentados.

¡Qué Posada Carriles, qué Chávez Abarca, ni qué ultraderecha recalcitrante! Esas pretendidas operaciones magnicidas tienen el tufo de ser made in “La Isla de la Felicidad”.

 

2010 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio