Es una
buena analogía. Conviene tenerla en cuenta, ahora, que el señor Chávez ha
anunciado que se propone a financiar, petrochequera en mano, un gran circo
latinoamericano. No hay jeringas, gasas, ni los demás insumos básicos en los
hospitales, las escuelas perecen de mengua, el déficit habitacional tiene
diez años de crecimiento canceroso, pero he aquí que en lugar de sus
funciones básicas, el Presidente asume una actividad frívola, no
prioritaria, ajena al gentilicio, porque que tal clase de farándula se ha
cultivado poco y de manera espasmódica entre nosotros, más allá que nos
distraiga o sirva para pasar alguna tarde en familia.
Un circo, puede carecer de
contorsionista, de prestidigitador y hasta de funámbulo, pero lo que
constituiría un atentado de lesa carpa es que no tenga payaso. Por lo
general, éstos son, ocurrentes, simpáticos, chistosos, alegres,
dicharacheros para jolgorio de la chiquillería. Pero también, los hay,
bocones, pendencieros, escatológicos, resentidos, chorizos y hasta con
ínfulas de salvadores de la Humanidad para peligro de esta última, pero lo
más intolerable, para bochorno del respetable público.
"Nada por aquí y nada
por allá" Pero, el mago en lugar de sacarse del sombrero una paloma, saca a
los familiares del payaso de la condición de “peladores” de solemnidad,
convertidos en megalatifundistas, a través de testaferros. “Nada por aquí y
nada por allá”, y esta vez es el payaso quien en lugar de aquellos “puyaos”
emerge ataviado con un terno “Brioni”, dando la hora con un “Pata ‘e Filí”,
para emplear su propia germanía y con su esteatopigia enfundada en unos
calzoncillos “Dulce & Gabana”.
Momento de expectación
y suspense. "¡Damas y caballeros, niñas y niños! Se ruega silencio, porque
nuestro banquero-trapecista, artífice del doble salto mortal sin protección
de red de seguridad y sin fracturarse el pescuezo, les mostrará, su
voltereta preferida: de financista de AD, COPEI y demás partidos de la
llamada Cuarta República, a beneficiario de las suculentas “Notas
Estructuradas” emitidas por el gobierno bolivariano, picando ¡faltaría más!
la cochina con el payaso y los parientes del payaso”.
Los enanos, morales,
mentales y sentimentales, constituyen otro elemento insustituible en esta
clase de truopé.
“¡Respetable público,
les prestamos nuestra atracción exclusiva, única, inimitable (fanfarria de
la orquesta)¡ A continuaciooón: ¡El Enano más grandeee del Mundooo!” (nueva
fanfarria de la orquesta) y sale el bobo-vivo del Canciller, pronunciando su
frase más original: “La culpa que en este circo haigamos tantos animales, la
tiene Bush”
Y hablando de
cuadrúpedos. El cronista siempre ha denunciado el nariceo, látigo en el
lomo, de las mencionadas criaturitas del Señor. A saber:
El monito-tití,
adulante, saltarín, domado para reír, a diente pelado, los chistes malos en
los "Aló, Mi Payaso", ahora ungido a dedote zurdo de este último, como a
aspirante a la alcaldía Mayor; los borricos, obedientes y no deliberantes,
injustamente difamados por el gorila con el mote de institucionalistas; las
pulgas amaestradas, gorreras y chupasangre importadas, de Bolivia, La Habana
y Nicaragua.
Me disponía a
presentarles, a “La Mujer Barbuda”, sargentona y poco femenina, otra
atracción en taquilla (Lina y la diputada de los rulos se servirán no darse
por aludidas). Pero tengo que abandonar la presente crónica. Es otra vez
Fofó. Todo indica que agarró una de sus tronas.
No suelta el micrófono,
insulta, amenaza, patalea, hace el payaso –del peor gusto-, los animales se
han escapado de las jaulas, los enanos creen que son gigantes y el graderío
anda en son de tumbar la carpa.
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