La de Castro, es una figura controvertida. Como
siempre ha sucedido y sucede todavía en el país, el adulador de ayer,
así, como si tal cosa, con la mayor desvergüenza, se convierte en
detractor feroz. Lo que tampoco impide que a la primera coima, a la
primera sinecura, la metamorfosis opere pero en sentido inverso.
Por lo mismo, las páginas más virulentas contra
don Cipriano, las escribieron sus antiguos partidarios. Desde Pedro César
Dominici, César Zumeta, Jacinto López, Rufino Blanco Fombona, hasta
Manuel María Morantes, juez en los primeros años de la llamada
Revolución Restauradora y después pseudonimista enconoso contra el
régimen al cual sirvió.
Un ejemplo. Ya lo decíamos. En relación con la
figura del autoproclamado "Siempre Invicto", cada cual hace de
su camisa un sayo. Porque al lado de los que hacen mofa de su persona,
tenemos quien lo homenajea y hasta lo pone de ejemplo. Al menos eso se
desprende de los considerandos del Decreto de la Asamblea Nacional que
declara que durante la intervención imperialista de 1902, "el
general Castro condujo con valor y gallardía los destinos de la Patria,
protagonizando uno de los capítulos más heróicos de nuestra
historia".
Es cuestión de nivel de aspiración. Algunos
patriotas, aspiran a émulos de un Páez o de un Rondón en las Queseras
del Medio O de un Leonidas en Termópilas. O de un almirante Nelson en
Trafalgar.
Pero recordemos un poco la gesta de 1902,
para que en materia de paradigmas guerreros de la llamada Revolución
Bonita, sepamos a qué atenernos.
El lado venezolano. Refiere Picón Salas, que cuando
el almirante Douglas, jefe de la flota invasora ordenó el desembarco en
Maiquetía, en los barquichuelos de la "escuadra" venezolana no
olía a pólvora, sino privaba el olor a plátano frito y a sancocho
margariteño. La rendición del puerto de La Guaira, tomó menos de
noventa minutos.
La reacción de don Cipriano, no se hizo esperar.
Pero en lugar de un operativo militar temerario contra los usurpadores,
decretó el encarcelamiento en "La Rotunda", de los pacíficos
comerciantes de origen inglés y alemán que residían en Caracas.
"He ordenado que se escriba una proclama que
será un gran discurso –le anunció a Bowen encargado de negocios de
Estados Unidos- hablaré para toda américa". De allí salieron las
terribles palabras de la "planta insolente del extranjero", que
sin embargo no fueron seguidas de la más mínima escaramuza de parte del
Presidente en persona.
Asegura la leyenda que el 13 de diciembre, es decir,
a los tres días del desembarco de La Guaira, el jefe del Castillo de
Puerto Cabello, fue "sorprendido" por los alemanes mientras le
amolaba las espuelas de su gallo. Antes, es decir, el 12, los habitantes
del puerto habían comenzado su propio zafarrancho, mediante el saqueo –bajo
la mirada complaciente de las autoridades- del mercante "
Topaze" que de manera imprudente recaló en los los muelles para
aprovisionarse de carbón.
En lo que se refiere a la conclusión de la gesta,
César Zumeta publicó en el "Agora" (La Habana, 20/12 de ese
mismo año) un documentado trabajo en el que acusa a Castro de haber
"provocado la agresión de las potencias extranjeras" para
después reconocer "la justicia de las reclamaciones
británicas" y abdicar la defensa de nuestra soberanía en Estados
Unidos.
El lado de los invasores. Pero nuestra contraparte
en la gesta, tampoco es merecedora de un juicio más benevolente. Además
de la evidente, "cayapa", contra una nación más débil, los
ingleses en la operación de "abordaje" contra "El
Margarita" se dedicaron al pillaje de las morocotas depositadas en la
caja de caudales de la embarcación y hasta levantaron las ollas de
plátano y pescado con que se racionaba a la marinería. En Maracaibo, la
impericia del capitán alemán del "Panther" hizo que la nave
encallara en la barra del Lago. Solo la precariedad de los viejos cañones
de la fortaleza de San Carlos, evitó el hundimiento del acorazado.
Total, que ya sabemos qué entiende nuestro
gobierno, por uno de los capítulos "más heróicos de nuestra
historia". Ahora nos explicamos, porque el cuatro de febrero, con su
célebre frase "si la sangre huele a...tierra, yo estoy herido",
es también fecha patria.
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