De un
tiempo a esta parte, ciertas misiones acreditadas en nuestro país se han
habituado a tener relaciones pecaminosas - ya ve usted, algo se me he
contagiado de la eufemizada jerga “diplomática”- con la Revolución Forajida
y las quejas, las denuncias, que reciben por practicar el oficio más viejo
del mundo a cambio de la célebre petrochequera, les resbalan. Las oyen, como
quien oye llover y lo único que les despiertan, es una risa de medio lado,
propia de quien se siente impune.
El telegrama se relaciona
con el destino de los fusiles Kalashnikov. El gobierno ruso ha negociado con
el de Venezuela 100.000 unidades, pero he aquí que cuando todavía no se ha
recibido 70.000, el señor Chávez ha declarado que le va a entregar estas
máquinas para matar a la población civil, en específico a nuestros jóvenes y
niños.
Para que luego no
vengan con que las perpetraciones del régimen gamberro, ocurren a espaldas
del Presidente ¡ pobrecito, él no sabe lo que hacen sus secuaces!, copiamos,
a la letra, parte del discurso donde escuchamos la trascendental confesión:
“Estos luchadores sociales bolivarianos” podrán contar para realizar “sus
acciones desde el seno del pueblo” con el fusil ruso. “La revolución ha
colocado a los niños y niñas como actores de esta semilla que está
germinando”. “Que la vocería oligarca diga que los están utilizando, porque
ellos, sencillamente, no admiten que los niños también piensan y asumen
posiciones frente a la vida”.
VIEJO HABITO.
No es la primera vez, que
tocamos el tema. En una crónica anterior (20/06/05) nos quejábamos - en
beneficio de la chiquilla - porque el Presidente, acostumbraba colocar a su menorcita, en el centro de la diatriba con referencias poco mesuradas de
episodios de la vida doméstica, que por cotidianos e intrascendentes, no
tenían porqué trasponer el ámbito del hogar.
Luego vinieron los
versos laudatorios y las retahílas, promovidas por cierto ministro, adulante
y reilón - a colmillo pelado- de los chistes malos de su jefe en los
programas dominicales.
- Y ahora, señor
Presidente, le presento a Domitila, de apenas cuatro añitos, quien desea
recitarle (espontáneamente) un poema de mi propia inspiración. A ver
Domitila:
- Los zapaticos
me aprietan / Las medias me dan sofocón/ pero tengo a mi presidente Chávez/
en el fondo del corazón . . . y por cierto, ministro Aritóbulo/ ya que le declamé
su verso ramplón/ ¿Cuándo me tira mi óbolo / para salir de esta mamazón?
Ahora vemos cómo estas
vejaciones contra nuestros muchachitos, han trascendido el ámbito de la
ridiculez y de la compulsión por ponérsele al jefe en decúbito ventral (y
volvemos con los eufemismos “diplomáticos”), para generar la perpetración
más atroz.
NORMATIVA DE NN UU. El reclutamiento y
utilización de niños con fines bélicos, está proscrito por toda comunidad
medianamente civilizada. Veamos unos pocos instrumentos vigentes en la
materia: Convención 138 de 26 de junio de 1973; protocolo adicional de la
Convención de Ginebra (1949) adoptado en 1977; Convención sobre los Derechos
del Niño (1989); principios que prohíben el reclutamiento de niños
aprobados en Ciudad de Cabo (abril de 1997); el Estatuto de Roma (1998)
(Artículo 8 (2) (e) (vii); Convención 182, adoptada el 16 de junio de 1999;
Protocolo adicional adoptado por la Asamblea de fecha 25 de mayo de 2000;
protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo
a su participación en los conflictos armados (Mayo de 2000); resoluciones
1.261 de agosto de 1999; 1.314 de agosto de 2000; 1.379 de noviembre de
2001; 1.460 de 30 de enero de 2003; 1.539 de abril de 2004 y 1.612 de julio
de 2005, todas aprobadas por el Consejo de Seguridad. Por eso, la Revolución
Forajida hace campaña para ocupar un sillón en este último. Quizá lo único
que se propone es gestionar la derogatoria de tanta normativa estorbosa para
sus elevadísimos propósitos.
De allí, lo del
telegrama. Ahora, el presidente Putin ha quedado legalmente notificado, por
intermedio de su embajada, del destino de los dichosos fusiles. No recibiré
respuesta, pero la copia sellada la conservaré para su posterior
consignación. Más temprano que tarde, les abrirán expediente judicial a los
dos. A uno, por autor y al otro, como cooperador por delito tan repugnante.
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