Así que para
hacerlo de la mejor manera, sugerimos iniciativas como la contenida en la
presente crónica, con las anticipadas disculpas a los mencionados
animalillos por comparación tan vejatoria.
CADENA DE
DESCALABROS. No hay que
ser muy zahorí, ni posar de analista político, para predecir que tal como
van las cosas, la disidencia del régimen cleptómano, se precipita hacia una
sucesión de catástrofes electorales. Las causas son numerosas y de diverso
tonelaje. Poca fe en el voto debido a la nula confiabilidad de las
autoridades del CNE; utilización desvergonzada y manos llenas de los dineros
públicos para apuntalar al oficialismo; precedentes de hostigamientos y
persecuciones contra quienes han expresado a través de mecanismos legales,
su desaprobación al gobierno; insensibilidad de la comunidad internacional,
en muchos casos en permuta de petrodólares, por complicidades o vistas
gordas.
En medio de
tales antecedentes, se inscribe la falta de unidad de los factores de
oposición, con su subproducto directo: el fantasma de la abstención.
Por ello las
municipales de agosto y en particular las elecciones parlamentarias
previstas para finales de año, presentan un panorama desolador. Mientras las
agrupaciones gobierneras preparan, con las denominadas “morochas” fraude
contra el principio de representación proporcional de las minorías,
elemental en todo sistema democrático, las agrupaciones opositoras no han
logrado, ni lograrán, ponerse de acuerdo en una fórmula unitaria, que impida
la dispersión del voto. Encuestas a las cuales el cronista ha tenido acceso
y que se irán haciendo públicas, anticipan que a causa de tal fragmentación,
la bancada opositora en la próxima AN no será mayor de diez diputados. “Pa´
hacé lo que nos salga po’el forro, poque pa’ eso semos gobielno”, para
emplear la germanía de quien comanda huestes jaquetonas y forajidas en el
parlamento.
LIBRES
A LOS VOTOS. Una forma
de devolver a la calle a los presos políticos, es a través del voto. En tal
hipótesis se inscribiría a los detenidos por el régimen gamberro de Hugo
Chávez, como candidatos a la AN, de modo que los que resulten electos se
beneficien con la inmunidad prevista en el artículo 200 de la Constitución y
queden libres ipso iure.
Esta fórmula
tendría la ventaja adicional de concentrar el grueso del voto opositor. Dos
pájaros de un tiro, para utilizar el tópico. Por una parte, se cumpliría con
el acto de justicia, de liberar a los presos de conciencia y por la otra,
la solidaridad venezolana que va a despertar el empleo de este mecanismo
democrático, evitará la dispersión del mencionado voto opositor. Los
candidatos uninominales y por lista, se conformarían con un riguroso orden
de prioridad: primero quienes se encuentren privados de su libertad, luego,
periodistas, abogados defensores y demás ciudadanos que aparecen como
imputados, muchas veces con medidas de prohibición de salida del país y que
corren peligro de ser enviados a la cárcel. Torturados y damas que han sido
víctimas de la brutalidad militar. Exiliados y evadidos de la llamada
justicia revolucionaria. Es que Chávez se ha convertido en una acure mamá, a
la hora de parir mártires de la resistencia democrática.
Por supuesto
que esta propuesta, estaría plagada de celos y obstáculos, en especial, por
los que le colocará el oficialismo entronizado en el CNE. Para
contrarrestarlos y afinar todos sus detalles, se deberá constituir un comité
con gente independiente, experimentada y de honorabilidad indiscutida.
Veteranos y no tan veteranos como, Carlos Blanco, Cervini, Simón Alberto,
Delgado Chapellín, Beatriz De Majo, Escobar Salom, Luis Alberto Machado,
Kornblich, Luis Beltrán Petrosini, Mercedes Pulido, Teodoro, Carlos Rafael
Silva, Quiroz Corradi y tantos otros, que no incluimos porque sobran
venezolanos decentes, pero escasea el espacio en estas páginas.
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