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Tras la negativa de los dólares para nuestra participación en el Miss Universo, se erige la nueva moral sexual bolivariana . . .


Leo en la crónica rosa de los diarios, que Venezuela no participará en el concurso de Miss Universo correspondiente a este año. Según los promotores locales, la deserción se origina por la demora en el otorgamiento de los dólares para el envío de nuestra delegación y pago de los derechos de TV. Aunque claro, uno, desconfiado como corresponde, se pregunta si tras estos retrasos que en muchos casos significa negativa permanente, no se escondió algo peor, más diabolico, menos inocente, que la simple ineptitud del analfabeta en cinco lenguas que han puesto al frente de la oficina que administra la concesión de moneda extranjera.  
Fundamentalismo sexual bolivariano. Hay quien asegura que saboteos como el de nuestra inscripción en el mencionado certamen, responde a alguna especie de fundamentalismo sexual bolivarianiano. Todo está planificado con alevosía. No hay Viagra, se agotan los preservativos y la píldora anticonceptiva escasea también en los negocios del ramo.  

Pero más allá del bloqueo de Cadivi para que quedemos sin abanderada en uno de los pocos eventos donde, todavía no hemos descendido de república a republiqueta. Más allá que a los venezolanos se les cierre el acceso a insumos importados, vistos como superfluos por las autoridades cambiarias, hace unos cuantos lunes nos quejábamos de algo que no tiene ninguna relación con el otorgamiento de divisas y el descenso de las reservas internacionales, pero que apunta en igual sentido. Nos referimos a las restricciones impuestas por el Concejo de Libertador a los hoteles de sábanas calientes, que operan en su jurisdicción.  

En lugar de prohibir  las tarifas especiales según las pocas o muchas horas de permanencia de las parejitas usuarias de esas instalaciones - escribíamos en aquella oportunidad -  ¿ por qué los funcionarios municipales, sedicentes celadores de nuestra moral, no recogen la basura, enfrentan la delincuencia o se dedican a reparar los numerosos semáforos que tenemos inoperativos en la capital ?  

Una vecina mía, no hace concesiones cuando señala al principal responsable de esta posible escalada de la mojigatería. Después de haber analizado, con ojo clínico, una a una, desde todas sus perspectivas, las fotos de Freddy Bernal en pantaloncillos, dicha conocedora apunta con dedo acusador hacia el mencionado alcalde:  

Qué más puede esperarse de una autoridad municipal de calibre tan reducido?– concluye esta veterana de mil batallas, autoridad inapelable en lo que se refiere al levantamiento de tales topografías.  

La liberación fermenina. El cronista se confiesa fanático de los certámenes de belleza femenina. Desde la modesta, en apariencia, elección de la reina de una fiesta patronal, siempre que sea en bikinis, hasta los fastuosos concursos, como en el que ahora Venezuela dará  forfeit.  Poco importa que en lo personal, casi siempre quedemos sin saber quién representa a quién, ni cuál es el nombre de las finalistas. Contra lo que dice el topico, lo importante no es ganar sino fisgonear.

A diferencia de lo que piensan las feministas recalcitrantes o gente como la que administra las divisas en Venezuela, la elección de una miss, lo mismo que el primer lugar en un concurso de literatura o el otorgamiento de un premio cientifico a una mujer, entrañan la liberación de esta última, que es no es otra cosa que la redención del macho. Somos más libres desde que ellas lo son porque, en efecto, la liberación de la fémina nos libera a nosotros.  

No hay otra libertad que a que das. Los que manumitían esclavos en Grecia o antes del estallido de la guerra de Secesión, se hacían más dueños de sí mismos. Nada nos encadena tanto como lo que tenemos encadenado. No hay que mandar en nadie, ni en nada. Hoy lo vemos en nuestros penosos gobernantes. Como no quieren dejarnos libres, se sojuzgan ellos mismos, se enclaustran en su ambición y su miseria. Se inclinan por una democracia controlada y envilecen controlándose los unos a los otros porque el sometedor termina sometiéndose y esto deberian comprenderlo, desde los funcionarios de la llamada Comision para la Administración de Divisas hasta las autoridades municipales, pasando por el lunático  que inspira estas medidas descabelladas.

En al caso de la mujer, para retomar el camino por donde comenzamos, su revolución nació con las ideas, pero está por terminarla con sus desenfadados semidesnudos en público. Estas y otras profundas cosas son las que aprende día a día, en la playa o en un concurso de belleza, el mirón incorregible, pero inocentón, que llevamos dentro.

 


© 2003 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio