¡Viene la Coca, Mamá!

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Del budare a su boca, porque después de cosechada, procesada y empaquetada para uso pretendidamente no pecaminoso, llegará directo a “Mercal” . . .


 

  El gobierno ha anunciado que comprará toda la coca que se produce en Bolivia. Según la gacetilla oficial, se trata de la siembra anual de 16.000 hectáreas que irá, para decirlo en criollo, del budare a su boca, porque después de cosechada, procesada y empaquetada para uso pretendidamente no pecaminoso, llegará directo a “Mercal” y hasta a los restaurantes más exclusivos del Este de la Capital. Los nuevosrricos de la revolución, que son muchos y los nuevospobres, que son demasiados, ya lo saben. Se acabaron los “viajes”, así, entrecomillas, hasta el mar de la felicidad con guarapita, con rinquincalla o con scotch 21 años, según se pertenezca al alto o al bajoperraje bolivariano, porque en lo adelante y hasta el 2030, el carburante nos lo enviará el hermano Evo desde el altiplano.

¿Qué haremos los venezolanos, con tanta dicha, con tanto bienestar al alcance de la mano o para ser más precisos, al alcance de un simple chasquear de nuestras mandíbulas?

 

Esa es una de las dudas que siempre han tenido los especialistas. Un estudio de la “Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia”, ASOVAC, divulgado años atrás concluía, que no hay base científica que avale los usos alimenticios de tales masticatorios. Incluso, según la Convención Única de Estupefacientes de Naciones Unidas, la coca, junto con la heroína y su derivado, la cocaína, figura en el denominado “Anexo número I” que es, para hacernos entender mejor, como si un ingeniero o un modesto portero de Pdvsa, llegase a aparecer en la lista de Maisanta o en la que elaboró el señor Tascón con la participación personal del presidente de la República.

El cronista es un adversario a tiempo completo de los preconceptos. Cada cosa hay que analizarla en su contexto, sin demonizaciones anticipadas, de modo de reflexionar sobre las especificidades de espacio, tiempo y cultura.

Un habitante del Chaco boliviano, aparte de consideraciones religiosas, se hace consumidor de la pasta extraída de la hoja de la mencionada planta para combatir el “soroche” que es como  llaman en esa región a la secuela propia de las elevaciones. Hay que recordar que dichas serranías llegan a sobrepasar los dos mil 500 metros sobre el nivel del mar, de modo que determinados cerebros - cabría mejor decir, ciertos cerebritos - sufren una especie de shock a causa de tanta altura y es en este punto, que la coca juega un papel decisivo para prevenir y curar los acatarramientos mentales.

Mencionadas, así, al azar y sin ninguna mala intención ¿Están Barinas, Barinitas, Socopo, El Corozo, San Rafael  de Canaguá y la misma Sabaneta a semejantes alturas, de modo que se justifique la importación del producto para prevenir a sus nativos de tales padecimientos?

La geografía las absuelve pero la historia las condena. Nos referimos al caso clásico, del peón alzao. Un individuo o “tipo”, carece de arboladura intelectual; se trata de un resentido social, que no tiene preparación para administrar con honestidad ni la cantina de un comando de paracaidistas, pero ¡zas! una voltereta del destino lo arroja a un ascenso burocrático y el contacto con la altura lo lleva a creerse, Salvador de la Humanidad y líder benefactor de Latinoamérica, Africa, el Medio Oriente, Oceanía, Burundi, Orgodorra, Militikistán y sus alrededores.

Creo tenerlo dicho. El organismo está dotado de sus propios estupefacientes. No hay más que dejarlos fluir, para desatar sus infiernos interiores e inferiores. 

Son para ese tipo de soroches mentales y sentimentales, que la hoja de coca,  ensayaría sus propiedades en Venezuela. Podría administrarse en infusiones, cápsulas, en goma de mascar, por vías oral o intravenosa y hasta en supositorios, porque lo que la razón no consigue, muchas veces se consigue con paciencia - y salivita.

Una de las tareas más ímprobas del Socialismo del Siglo XXI, será la readaptación de las máximas del viejo y noble Carlos Marx. “La revolución es la coca del pueblo”. No suena mal, para comenzar.

 

© 2007 Derechos Reservados - Nelson "Lonpleipelúo" Ramírez