Una Intolerable Ofensa

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El articulista apoya a Fidel Castro en su demanda contra “Forbes” por señalarlo entre los 10 gobernantes más ricos del planeta . . .


 

 

Fidel Castro, ha amenazado con demandar a los editores de “Forbes”. La revista lo incluyó entre los diez gobernantes más adinerados del planeta y el legendario comandante se ha sentido vilipendiado, por lo que ha girado instrucciones para que se proceda ante los tribunales.

Uno, conoce el arma favorita, por no decir la única, que esgrimen en toda polémica, desde Castro hasta sus adláteres menos aprovechados. Si la acusación es por violación de derechos humanos, en lugar de desmentirla - pruebas en mano -  la respuesta se reduce al infantiloide, “¡Más violador será usted!”.

 

 Igual, si el señalamiento es por represor, megalómano, empobrecedor del pueblo, cobero, organizador de farsas electorales, por comunista de la cintura “pa’rriba”, pero de esfínteres rocheleros a la hora de entregarle al vituperado capital internacional el manejo del turismo, de la elaboración de habanos, del ron, por no mencionar el lucrativo negocio de las jineteras en la isla.

Una táctica inoperativa. Si de algo se jactan los editores de la mencionada revista es de haberse convertido en multimillonarios, en particular, con la publicación de listas como esa que, ahora, irrita a uno de los aludidos. Visto lo anterior, Castro, no podrá devolver la pelota con su ya manido recurso retórico, porque además de no ofender a los potenciales ofendidos, corre el riesgo de una respuesta como la que sigue: “Es verdad, somos más ricos que usted, pero a ese ritmo, el año que viene nos sobrepasa”

Total, que por primera vez en su larga carrera política, el comandante Castro, tendrá que argumentar con armas distintas a las que está acostumbrado. Por lo mismo, dudamos que ante un juzgado imparcial, que decida si la revista lo calumnió o simplemente dijo la verdad, pueda salir bien parado.

 No es la primera vez que Fidel aparece en el “Top Ten” de los gobernantes más ricos del universo. En 1999, ya figuraba de noveno en el escalafón con un acumulado de 100 millones de dólares y en la lista correspondiente a 2002 logró subir dos peldaños pero con una fortuna más o menos similar. Como se ve, un ascenso que no obedeció al logro personal ni a ninguna variación significativa en sus saldos bancarios, sino a que dos de los individuos más depredadores de las tesorerías nacionales quedaron fuera de carrera, por fuerza mayor. Nos referimos a los dolorosos casos de Saddam Hussein –célebre por impartir a bordo de su Mercedes Benz, cursos intensivos de cómo arrasar con el patrimonio público - y de Kr’u Onté Haa, monarca de un atolón perdido en el océano Pacífico, quien antes de fallecer, víctima de una trona mental propia de la gente de su condición, en lugar de planificar demandas judiciales, se lamentaba por su permanente noveno lugar entre los cleptócratas del planeta. “De haber tenido –fueron sus última palabras- un compinche que me pasara petróleo por debajo de la mesa para negociarlo en el paralelo ¡ya me hubiese venido a mi, la tal “Forbes” con sus fulanas listicas!”.

Explicable rabieta. Meses atrás reseñábamos la aparición de “Conexión Habana”, de Santiago Botello y Mauricio Angulo. Estos periodistas españoles, de jamás ocultada tendencia izquierdista, viajan a Cuba a enterarse de las realidades de isla, pero en lugar de reafirmar sus convicciones políticas, vuelven decepcionados por haber acopiado un considerable número de videos y documentos que comprometen al altísimo funcionariado fidelista, con el tráfico internacional de cocaína. Pero, ni siquiera tal vinculación, a lo largo de un régimen de casi medio siglo, le había permitido al comandante Castro, amasar una fortuna de más del centenar de millones de dólares, porque apenas, es en 2004 –según Forbes- cuando de 100, salta a 500 millones y luego, en apenas los dos años subsiguientes, los mencionados 500 se duplican en un verdadero alarde de voracidad senil. Luminarias de Hollywood, superestrellas deportivas, jeques, empresarios como Bill Gates y hasta miembros de la vieja realeza europea ¡temblad! porque con semejante caída y mesa limpia, pronto quedarán relegados a la condición de plebeyos o de simples integrantes del bajo perraje.

¿Qué clase de asociación le ha permitido al señor Castro el crecimiento geométrico de su fortuna a partir de 1999?

Hay quien asegura que el más reciente ranking de “Forbes” entraña una acusación realmente vejatoria: Castro sería un vulgar testaferro. Ahora comprendemos la rabieta y la posible demanda por daños y perjuicios. Millonario y hasta narcogobernante, pase. Pero eso de testaferro y por consiguiente correveidile de un individuo, de quien todos los mandatarios del Planeta se mofan apenas vuelve la espalda, es, en realidad, una ofensa intolerable.

 


© 2006 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio