Como
se verá, la participación a que nos vamos a referir es un tanto
distinta de la insípida culpa in eligendo en la selección de sus
subordinados o de la muy ceñuda autoría material de un atentado para
eliminar los rastros de un determinado delito.
El
Centro Simón Bolívar, CSB, es un ente de renovación urbana. Entre sus múltiples
obligaciones, figura el mantenimiento de las oficinas públicas del mencionado
conjunto. Pero no. Meses atrás, los caraqueños presenciamos con estupor
cómo por orden del Presidente los recursos, financieros, de personal e
inmobiliarios del instituto, se distrajeron en un descabellado plan de
cultivos urbanos. Total, para nada. Cualquier viandante, puede constatar
que la mayor porción de la
zona aledaña a “Parque Central” destinada a la hidroponía, terminó
en lo que el gobierno gamberro tiene terminada a nuestra
capital: en un inmenso mingitorio de borrachitos y marihuaneros de los Círculos
Bolivarianos que cobran 15 y último de la nómina del alcalde Bernal.
Ponemos
a la orden del lector en nuestra página en la red que se copia
al pie, algunas de las fotografías, que una mano amiga nos entregó
y que testimonian el dramático deterioro en que se encontraba la torre
siniestrada, hace unos pocos meses.
Un
monumento a la incompetencia, desidia y desprecio a la vida de quienes están
obligados a acudir a las oficinas públicas para ganarse el pan. Como
responsables directos de la falta de mantenimiento
figuran, el actual presidente del CSB, un infeliz que en lugar de agarrar
el toro de sus obligaciones estatutarias por los cuernos, se dedicó a
cultivar topochos en los tales conucos improvisados en el centro de la
ciudad. “Es que los revolucionarios semos así. Hacemos cuanto se
nos pide para agradar al jefe”.
Según
se desprende de un informe de la
acreditada “Lloyd´s Brockers” de Londres, parte del cual colocamos
en la citada página en la red, entre los culpables del desastre del
pasado 17 figurarían, también, el actual ministro de Relaciones
Interiores, Jesse Chacón y el candidato a gobernador, Diosdado Cabello,
pues como antiguos titulares del Minfra, no movieron ni un solo músculo
de sus rostros para corregir la amenaza que les fue advertida. Habría que
agregar el nombre de Ramón Cañizales, actual titular de ese mismo
ministerio, incurso en las mismas infracciones que sus predecesores,
incluida la omisión de tomar póliza para prevenir cualquier colapso de
la torre parcialmente inutilizada.
Por
si fuese poco, los siguientes indicios alimentan la hipótesis de incendio
provocado, con el objeto de destruir documentos incriminatorios: a)
Minfra, donde se inició el siniestro, es el despacho donde se concentran
los mayores negociados de un gobierno que acaba de recibir de
“Transparencia Internacional” el discutible honor de ser de los más
corruptos del mundo y b) El incendio comienza a las 10:45 p.m. de un día
sábado. Cualquier experto en
la materia sabe que las probabilidades de causas involuntarias disminuyen
cuando una oficina se encuentra vacía, porque no hay factor humano para
provocar accidentes, aparte que la baja demanda de electricidad a causa
del asueto, reduce al mínimo las posibilidades de cortos circuitos.
Pero
la revolución forajida es como es. Por eso la casi totalidad de los señalados
como responsables han sido designados miembros de la comisión que
investigará el asunto. Es posible que sus conclusiones expliquen por qué
los “Medias Rojas” de Boston, clasificaron para la Serie Mundial en
lugar de los Yankees ¿No es lo que desea el gobierno, no politizar
el incendio de Parque Central? Habrá que complacerlo aunque mal pague.
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