Turismo Forajido

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Ahora que estamos en temporada de Carnaval, se vuelve a plantear Venezuela, como centro del turismo de aventura . . .


 

  Con motivo de los días de Carnaval y el posible flujo y reflujo de  temporadistas, ha vuelto a surgir el viejo dilema ¿Tiene o no tiene, Venezuela, verdadera vocación turística? Porque, uno, observa sus bellezas naturales, la hospitalidad de nuestros compatriotas, los precios accesibles, si se los compara con otros destinos y se queda sin comprender, porqué la denominada industria sin chimeneas, no ha terminado de constituirse en el multiplicador de empleos, inversión en infraestructura y respeto al medio ambiente, para un número considerable de venezolanos.

 

Días atrás, por nombrar un caso, las autoridades, anunciaban que el colapso del viaducto número uno de la autopista Caracas-La Guaira, no sería óbice, para que los vacacionistas acudiesen a las playas del Litoral Central. Sin embargo, un grupo de residentes de Vargas le salió al paso a tal posibilidad: “No queremos Carnaval, queremos tranquilidad”. Un clamor que resume las exigencias de reparación de la vialidad, canalización de quebradas, de seguridad personal y quien sabe si hasta de emplazamiento al gobernador Rodríguez Sanjuán para que se mude a su jurisdicción, porque no reside, ni nació allí y se le tacha de no conocer el mencionado estado o de conocerlo muy mal.  

De cualquier manera, si se trata de la desatención de las necesidades básicas como dirimente de cualquier potencialidad turística, la misma queja se la hemos escuchado a los margariteños, cumaneses, falconianos, anzoatiguenses, merideños, guayaneses y hasta, a nosotros mismos, los caraqueños, dolientes, pero sobre olientes de la basura de los alcaldes Barreto y Bernal.

¿Cómo hacer, entonces, para impulsar el turismo nacional e internacional?

Algo que se acerca al cuento de la gallina y el huevo. Si no hay turismo, determinadas localidades parecen condenadas a no mejorar sus servicios básicos y sin estos últimos, es imposible atraer visitantes.

LAS EMOCIONES FUERTES. Pero no todo está perdido. Mientras los venezolanos salimos del actual drama de ineptitud, politiquería barata y corrupción galopante, pueden implementarse algunas soluciones, inmediatas y rápidas. Se las ofrecemos a la  Revolución Bolivariana, aunque mal nos pague.

Un gancho en la materia, por así decirlo, sería la explotación de nuestra capacidad ociosa instalada. Orlando, Florida, promueve el turismo infantil. El Vaticano, La Meca, Jerusalem y otros lugares sagrados, el de carácter religioso. Boston, Massachusetts, el de salud. Mientras que Cuba, se ha especializado en el excursionismo sexual con su enjambre de jineteras, verdaderas chicas-vitrinas de los logros de 53 años de gobierno - 46 en La Habana y siete en Venezuela- del camarada Fidel Castro.

He aquí nuestra recomendación: Venezuela, puede competir, ventajosamente, con el Parque Nacional del Serengueti, lugar de convergencia obligada para todos los visitantes del llamado Continente Negro.

Los recursos existen, solo es cuestión de invertirlos juiciosamente. Ese impuesto al turismo que pagamos, casi sin advertirlo, porque está incluido en la factura de cualquier pasaje de avión o en la cuenta del más modesto motel de sábanas calientes, en lugar del bolsillo de algún vivián, podría invertirse en la promoción internacional de nuestras atracciones.

 -¿Va a seguir con ese fastidio de un convoy en el África, para cazar búfalos, hipopótamos y rinocerontes? ¡No, oh! ¡Véngase a la Bolivariana, que es donde está el sabor!

Los maleteros, taxistas piratas, carteristas y mercaderes del dólar negro, que operan a la libre en el aeropuerto de Maiquetía, harán las delicias de todos los amantes de las emociones fuertes y de allí, directo, a la Carretera Vieja, donde el tránsito entre los acantilados y las gandolas sobrecargadas de mercaderías, pondrán a prueba los nervios de acero de los visitantes más temerarios.

FORAJIDOS  WELCOME. Nuestra promoción, no estaría completa sin spots publicitarios con algunos famosos, en particular, aquellos que lo han pasado gordo en nuestra geografía. Vladimiro Montesinos, Ballarales, Mono Jojoy, Mugabe, Don King, los elementos del terrorismo iraní, una tal Gollinger, que se hace pasar por abogado, el psiquiatra, dottol, Gyovanni Vásquez, a salvo, todos, de paparazzis y corresponsales de ¡Hola! porque el paquete de la excursión, incluye inmunidad contra la mala prensa. No será un turismo muy selecto, pero es motorizador de la economía.

Total, temporadismo de aventura al mejor estilo africano. No poseeremos un león con melena, como en el mencionado parque temático, pero tenemos, uno, con ínfulas vitalicias. Un verdadero rey (de los animales).

 


© 2006 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio