Treinta meses

Principal   En El Universal    Cosas de Julián   El Articulista   Contact

 

Principal
DIARIO 2001
Comunismo y Gerundio
¡Plomo al hampa! Bolivariano
O comunismo o libertad
La Noche que mataron a Brito
Hijos de la Cuarta República
Se van las Colombianas
Lombrosianos y Política
Urosa y cierto comunista
La Operacion Chávez Abarca
Ramírez y Leocenis García
Abogados:Nada que Celebrar
Franklin Brito
Justicia de gorgojo
Magnicidios y Magnicidas
Juridificación Política
Las Milicias, salvarán la Patria
Las Odiosas Comparaciones
Tribunal Supremo de Justicia
A quien no voy en el Mundial
Alvarez Paz
Presidentes Bandoleros y Alcaldes
La Totonataria
Al Sr.Jorge Rodriguez
La Contrarrevolucionaria Arepa
Una Victoria de Butifarra
Duro de Matar
Tronas y Megatronas
El Rey de Tonga
Pagar Viudez
Papa (bolivariano) Habemus
Abogados:Poco que celebrar
Matar Gatos
El Propio Ministerio
La Cruzada de los Abogados
La Narcocomputadora
Circo, enanos y payasos
Mas Secesionista será Usted
La Plancha Salvadora
Prohibida la palabra Loco
La Maleta de Pandora
¿ Loco?
Estimado Juan Carlos II
Su hallaca en Miraflores
Horror Gamberro
En"El Universal"
En "La Razón"
En "El Nacional"
Cañón corto
Desempatarse
El Pimentón
Incensurable
La cadena
La partida
Llegar a Viejo
Llegar a Vieja
Pensando en Exiliarme
El Articulista
CONTACTO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La anterior dirigencia ha sido desplazada. Ello hay que abonárselo a los últimos treinta meses. Lo malo, es que persiste el estilo . . .


ES DIFICIL RESISTIR la tentación de hacer un inventario de las cosas buenas y de las cosas no tan buenas ocurridas en los dos años y medio de gobierno.

LO BUENO. Desplazamiento de una clase. La penosa realidad de la dirigencia política a partir del año 59 era que no la jubilaba la edad, ni la jubilaba el fracaso. Aparte de la presencia de Chávez, el llamado período puntofijista habría colapsado igualmente, aunque con menos estrépito. Despilfarro, corrupción, chapuza, prepotencia, pero sobretodo la poca democracia interna de los partidos llamados tradicionales produjo una dirigencia que conversaba sólo consigo misma y que, por ello estaba cada vez más divorciada de lo que sucedía en la calle.

Escribía Bergson que cuando todo está perdido, hay que conservar el estilo. La anterior clase dirigente ha sido desplazada, esperamos que de manera definitiva. Eso hay que abonárselo a la cuenta de estos últimos treinta meses. Lo malo es que persiste el estilo.

La emoción. El Presidente ha devuelto la emoción por el poder después del bostezo de los cinco años de gobierno de Caldera. Lástima que esa pasión, esa veneración que despierta entre sus seguidores, corre el riesgo de convertirse en odio desaforado, ante la  más palmaria incompetencia en satisfacer ni una sóla de las expectativas creadas.

La multipolaridad. No es mala la idea de propiciar un mundo multipolar. La hegemonía de Estados Unidos no le conviene ni a los propios Estados Unidos. Además, resulta en extremo antipática. Lamentablemente, en lugar de buscar asociaciones con la Unión Europea, Japón y hasta con los denominados Dragones del sureste asiático, los socios preferidos del régimen son Fidel Castro, Tirofijo, Saddam Hussein, Gadhafi y los demás maulas del planeta.

Las raíces históricas. Ha sido positivo el rescate de las figuras de Simón Bolívar, el maestro Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, Guaicaipuro y hasta de Guzmán Blanco. La pérdida de nuestra identidad, era un fenómeno creciente que amenazaba con disolver los lazos que nos unen como nación. Claro, una cosa es exaltar las virtudes de nuestra historia y otra que en pleno 2001 se crea que con la invocación de gente del siglo XIX vamos a salir de nuestra dramática situación de subdesarrollo.

La macroeconomia. Aunque no en las magnitudes de las dudosas cifras de un Banco Central cada día menos autónomo, hay que reconocer que en los últimos treinta meses se ha reducida la tasa de inflación. El incremento del fondo de estabilización es otra de las medidas prudentes tomadas por este gobierno. Lástima el desempleo, quiebra de empresas, la fuga de capitales y la fragilidad de nuestra economía, cada vez más dependiente del precio del barril de petróleo.

El deporte. Chávez es el primer Presidente deportista que ha tenido Venezuela. Ello lo ha motivado a interesarse en forma personal por el fomento de una actividad tan necesaria para la formación y la salud de los venezolanos. La importación de técnicos cubanos en la materia es, en principio, una medida acertada. No se puede discutir que Cuba es el país que percápita cubica más oro, plata y bronce en competencias internacionales. Sin embargo la mayoría de estos técnicos importados son agentes entrenados por el G-2 para labores de espionaje. Tampoco su presencia en el país ha sido acompañada con el mejoramiento de la infraestructura deportiva, aparte de que nuestro Primer Mandatario ha pasado más tiempo dándole rienda suelta a sus sueños infantiles de ser un lanzador de grandes ligas, que en una seria planificación en esta materia.

LO MALO. Corrupción impúdica. Suele expresarse que la hipocresía es un tributo que le rinde el vicio a la virtud. En la llamada IV República se atentaba contra el Tesoro Público, pero por lo menos había alguna dosis de hipocresía. Ahora lo que persiste es la impudicia. Sencillamente, los peculadores saben que con un Parlamento que no investiga y un Poder Judicial que no se atreve a sancionar a ningún válido del régimen, pueden proceder con descaro.

Odio. En los últimos treinta meses ha impuesto una prédica contra los oligarcas de la prensa, los que tienen más, la Iglesia, los hacendados, los extranjeros, los escuálidos. Ahora comenzamos a presenciar con alarma, escalada terrorista fruto de sembrar malquerencias sociales.

Inseguridad galopante, desesperanza en la población, éxodo de venezolanos, conversión del país en una republiqueta forajida que cobija delincuentes de lesa humanidad e irrespeta sus obligaciones internacionales, agresiones verbales y no tan verbales contra los medios, viciosa concentración de poder, militarización de la política y politización de la milicia, fraudes electorales, entronización de la chabacanería y el irrespeto hacia el adversario, coronan este período que, en lugar de treinta meses, parecen treinta años.

Y LO PIOR. Lo pior, es que el Presidente cree que se la está comiendo.


© 2001 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio