En la labor de
desentrañar en qué consiste el mencionado paritorio intelectual han
fracasado, incluso, los teóricos más entendidos en la materia. Nos referimos
a la taifa de gorreros del planeta que de cuando en cuando se han acercado
al sabor de los dólares de la partida secreta para darle alguna
respetabilidad a cualquier disparate de su manirroto mecenas.
La Hoenicker, Ramonet, el
fallecido Ceresole y hasta Chomsky –para no nombrarlos a todos- un charlatán
de siete suelas, que gracias al habilidoso marketing del
autocalificado sector progresista ha hecho pasar el perogrullo por
dialéctica. Los temibles
agentes de la CIA, tampoco han podido dar pie con bola. De manera que en
cada oportunidad que sus superiores les exigen una pista sobre la pretendida
filosofía del nuevo milenio, se miran entre si para luego limitarse a
encoger los hombros. Más difícil, por no decir imposible, ha sido hacerle
entender el pastiche al “Baby” Bush. Un individuo que cada vez que
intenta utlizar sus escasas neuronas remata con una sola frase: “Tengo que
llamar a Cheney” .
Pero ya lo tiene dicho el apotegma.
Más vale maña –en la robolución si son malas !mejor!-
que fuerza.
De manera que allí, donde han naufragado las
mentes esclarecidas del Universo, ha triunfado el habilidoso Clintonvizquel.
Los lectores se
servirán recordarlo. Clintonvizquel es el menorcito del matrimonio de los
bolivarianos Yakelín Gertrudis y Williams Freddy III.
No ha pasado del tercer grado de
instrucción primaria, jamás ha dado golpe, ni piensa darlo.
Pero en lo que se refiere a
sapiencia de cómo de bate el cobre –o el cobro- en predios bolivarianos, su
sagacidad, olfato, instinto, pero sobre todo su sentido práctico, supera a
la gente más sesuda.
- !Clintonvizquel, es todo un lince!
!En las pasadas navidades se enteró quien es el Niño Jesús! – se
vanagloriaba su amantísima madre, la susodicha Yakelín Gertrudis ante sus
vecinas de la Lagunita “Contriscluss”.Claro. Sin explicarles
previamente, que su querubín, ya va para los 27 abriles, con similar número
de entradas a la policía, incluidas sus respectivas salidas sin muchos
tramites, “po’que pa’ eso, semos gobielno”.
La noche que Chávez dio a
conocer la frase del “Socialismo del Siglo XXI” Clintonvizquel estaba
echando piques a bordo de su Hummer “Especial edition”, traído
directamente de los “mayamis” y la mañana siguiente, en medio de una
sus consabidas tronas, para demostrar cuáles eran sus proyecciones
personales ante la posibilidad de la reelección indefinida, se dio una
vueltecita por los Jardines del Valle, para echarle “coco” a sus
antiguos vecinos, con su nueva nave.
- !Chusma, chusma! – les exclamaba y
arrancaba picando cauchos, en otro pronostico viviente del respeto a las
normas elementales de convivencia ciudadana, en los próximos 15 o 20 años.
Yakelin Gertrudis,
William Freddy III, ni por supuesto, su referido Genovevo, bolivarianos de
pura cepa, después de la proclamacion del Socialismo del Siglo XXI, tampoco
han demostrado preocupacion por el peligro de expropiacion de su “pen !jaus!”
frente a los campos de golf, ni de sus 26 emisoras de radio -comunitarias,
nada más que para sus bolsillos- ni por la supuesta confiscación de los
dólares que tienen en diversos paraísos fiscales.
- ¿Socialismo del Siglo
XXI? !Eso sera pa’ los pendejos! – respondía el aludido menorcito, mientras
cuadraba varios negocillos, entre otros, la licitación chimba de varias
carreteras y la adjudicacion, a dedo, de unas adquisiciones en Mercal.
Como se habrán dado
cuenta, una enciclopedia ambulante o la madre de la universidad bolivariana
de la vida, en materia de lo que nos espera hasta el 2021 !Qué grande eres,
Clintonvizquel!
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