Una
cantidad más bien modesta, pese al número de ceros a la derecha. Es
sabido que en tal clase de campañas hay que contratar cuñas de radio, prensa
escrita, de televisión; afiches, franelas, gadets
publicitarios; arca abierta, para que peque la mayoría no muy justa del
CNE; encuestas que lo coloquen a uno de ganador; acarreo de empleados públicos
para mítines y marchas; camionadas de Caballito Frenao
con rinquincalla, porque no solo
del alcalde Bernal viven los círculos violentos del oficialismo, en fin,
toda una intentona dispendiosa y atrabiliaria cuando de lo que se trata es
de revertir una derrota por avalancha.
Aparte
de lo anterior, la conocida comezón de los seguidores del Presidente por
meter mano en la Tesorería, atenta contra todo intento de productividad.
Los ocho millardos antes mencionados se reducirán a cuatro, a dos, o quizá
menos, porque el grueso de dicho torrente financiero irá a parar a las
famosas cuentas off shore bolivarianas.
Siempre será preferible el pájaro en mano de unos millones en paraíso
fiscal, que el ciento volando de un ilusorio y lejano 2021.
EL
FINANCIAMIENTO ELECTORAL. Es loable que
sean los militantes, quienes financien los gastos de su partido. Eso nadie
lo discute. A mayor número de contribuyentes individuales, menos
dependencia o gratitud empeñada de un candidato hacia unos pocos mecenas.
Algo sano para el funcionamiento de la administración pública una vez
que se llega al gobierno.
Pero
la política es como es. Apenas se conoció el proyecto del “Raspaíto
Bolivariano” comenzaron a llover las críticas.
La
primera se relacionó con el lavado de dinero. Existen los conocidos vínculos
del mundo del juego con el blanqueo de capitales. Además, está la
declaración de un técnico en materia de loterías. Según este
especialista es imposible, incluso con la suma de todos los lotos, kinos,
supergordos o
doblegordos, de los muchos que esquilman a los venezolanos, que en
los solos quince días que restan hasta el revocatorio, se recauden los
ocho millardos que supuestamente captará el “Raspaíto Bolívariano”.
Ello fortalece la convicción que con este último no se persigue obtener
recursos, sino que es una simple mascarada para legitimar millones
provenientes de latrocinios contra el patrimonio público.
Pese
a todo, a la hora de las sospechas lo que más incrimina es el prontuario
del involucrado. Pero ¡qué
demonios! Que para eso tenemos un Fiscal General que persigue, que hostiga
a “Súmate” por recibir modestos 27 mil dólares de una ONG que
fomenta la democracia mundial, pero que silencia y engaveta la investigación
contra Chávez, convicto y confeso por los diez millones de dólares de
dinero sucio que le entregaron dos bancos españoles, en sus precedentes
campañas.
LA
REVOLUCION RULETERA. Más allá que sea un mecanismo para captar
recursos o una coartada para blanquear los obtenidos de manera ilícita,
el envite y azar se ha convertido en un símbolo revolucionario.
Venezuela
es de los pocos países con carreras de caballos siete días a la semana.
Las loterías y los terminales ilegales hacen su verdadero agosto y para
no remontarnos muy lejos, la semana pasada el diputado Pastor Heydra
denunció que los propietarios de bingos y casinos habían formado un gran
pote o vaca bolivariana. Todo para sobornar, como verdaderos capataces de
Venezuela, con catorce millones de dólares, a magistrados del TSJ y a
parlamentarios oficialistas y si todo esto es así ¿a qué venezolano se
le va a ocurrir que para salir de abajo cuenta con el trabajo honesto?
LOS
PREMIOS. Pese a las consabidas protestas, el “Raspaíto
Bolivariano” avanza contra viento y marea. En todo sorteo, el verdadero
gancho lo constituyen los premios, de manera que los jefes revolucionarios
ya han tomado sus previsiones al respecto.
El
gordo de la perilla, un ex pelabola de solemnidad, ha tenido la
generosidad de donar una 4 x 4. El máximo líder tampoco se podía quedar
atrás. Como todo nuevorrico
revisó su colección de relojes Cartier y un Pashá
18 kilates, que tampoco le hacía demasiado peso, será su contribución
para el ganador del premio mayor. El premio de consolación corrió por
cuenta de “El Hombre de Aquellos Ojos Verdes” quien generosamente se
desprendió de sus pestañas postizas. La propia lotería de animalitos.
Un ratón, un cochino congo y un … fruit.
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