No podía ser de otra manera. La corrupción ha
sido la única industria floreciente en Venezuela, en los últimos treinta
meses y en esto del ranking no hemos tenido despercidio alguno, a la
hora de acumular kilometraje válido. Lo mismo suma un generalote
peculador de los recursos del Plan Bolívar, que el gremio de empresarios
contrabandistas, cada día mas numeroso, cada día mas contrabandista.
LAS CONSABIDAS RESERVAS. Uno tiene que mirar con
cierto recelo la actuación de organismos internacionales, como Transparencia.
Gubernamentales o no gubernamentales.
Días atrás, por ejemplo, leíamos la forma
escandalosa en que Unicef, administra sus recusos. Sólo una tercera parte
de los aportes que recibe, llega a los niños pobres. El resto se va en
burocracia, gastos de funcionamiento, pero sobre todo en papeleo, lo que
incluye la redacción de informes a control remoto, muchas veces lights
o sospechosos de benevolentes, como éste que presenta Transparencia
Internacional, TI, sobre la corrupción en Venezuela.
TI, no tiene agentes locales. Me imagino
que las pandillas paramilitares del alcalde Bernal la habrán disuadido de
enviarnos los consabidos corresponsales. Pero si que los tiene en
Bangladesh, Nigeria, Madagascar, Angola, Paraguay y Zimbabwe, que
comparten con nosotros, los primeros puestos en el ranking. Algo que no
deja de ser injusto.
Es muy distinto redactar un documento en la
comodidad de un sillón, basado en los titulares de los diarios o en
preguntas y respuestas a través de la Internet, que mirar como se bate el
cobre - o el cobro- en el terreno de los acontecimientos.
En esto de su gradación, a los Estados forajidos,
hay que mirarlos muy de cerca. Porque lo mismo despliegan toda su fuerza
depredadora, con la artillería pesada de las comisiones ilegales en los
contratos del Minfra, que con el bajo calibre de los negociados, que no
transcienden a la gran prensa y que por consiguiente, pasan inadvertidos a
los observadores a distancia.
Un burócrata a miles de kilómetros, no puede
detectar estos pequeños - pequeños en apariencia - casos de latrocinio.
No ocupan lugar destacado en los medios de comunicación. No generan mayor
escándalo. Sin embargo son los exponentes mas fieles de la onda expansiva
del flagelo. Alli reside su importancia. Además, llegan mas de cerca al
hombre de a pie, que no puede renovar su licencia de conducir, ni obtener
un pote del leche del llamado Proal, a menos que pase a engrosar los
numeros de una estadística que nadie lleva.
Sería deseable, pero lo vemos difícil. Ningun
funcionario de TI, se aventurará a darse una vueltecita por
Venezuela, para preparar su próximo informe. Un típico caso de
competencia desleal. Si los gobiernos de Bangladesh, Nigeria, Madagascar,
Angola, Paraguay y Zimbabwe, son mirados, in situ, con una
lupa, a través de agentes locales, tampoco es jugarle limpio a los
rivales, que por la poca seguridad que ofrece a sus visitantes, el
gobierno bolivariano tenga que ser analizado a traves de un telescopio.
INFORMACION SUCEDANEA. Es sabido que a mayor arraigo
en un comportramiento social, menos pudicia a la hora de manifestarlo.
10:00 a.m de un lunes cualquiera. Usted está ahí,
al pie de cañón como director de compras y suministros de un ministerio
bolivariano. Llaman por el intercomunicador. Su secretaria le anuncia que
el proveedor mas importante del ministerio, está en la antesada y que
desea ser recibido de inmediato. Usted, siempre cortés, accede. Entra el
señor. Le dice que desea una conversación a puerta cerrada. Usted cambia
de color. Lo mira a los ojos mientras le responde: (a) Que entre ustedes
no hay nada privado de que hablar y que por consiguiente, salga por donde
entró; (b) Que bueno, que cierre la puerta, poco a poco, así, como quien
no quiere la cosa; (c) ¡No ohh! ¡Que puerta, ni que puerta! ¡Si aquí
mete mano desde el ministro hasta los porteros! Lo que tenga que decir dígalo
ya, hermanazo, porque pa’ luego puede ser tarde.
Ahora marque su respuesta. Ya que no quieren darse una vuelta por
aqui, envíela al www.transparency.de
.Todo para que en el 2003, no nos vengan, con que la revolución
bolivariana está en el puesto 21 del ranking mundial de la corrupción.
Si es que llega al 2003, por supuesto.
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