Puntería Municipal

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Que me perdonen estos nuevos celadores de la moral y buenas costumbres municipales . . .


HA SIDO PRESENTADO ante el cabildo del Municipio Libertador, un proyecto de ordenanza que prohibe el expendio de licor, después de las 11 de la noche. Por si fuese poco, el mismo ayuntamiento, pretende dictar una resolución mediante la cual los llamadas hoteles sin maleta o de sábanas calientes, estarán obligados a alquilar sus habitaciones por días enteros y no por dos, cuatro, ocho horas, como es lo tradicional entre los usuarios de dichas instalaciones, de acuerdo con la pasión, tiempo disponible o condiciones atléticas de cada parejita de enamorados.

La paternidad de estas nuevas regulaciones, corresponde al mismo concejal que semanas atrás, tuvo la ocurrencia de agregar el remoquete de "Bolivariano" al nombre de nuestro concejo. Dado el prestigio revolucionario, los galones, la auctoritas, del mencionado edil entre la fracción, oficialista de la cámara, los caraqueños del oeste de la quebrada de Chacao, ya sabremos a qué atenernos. Dura lex, sed lex. Igual que con el mencionado pegoste que desde el mes pasado aparece endosado a la histórica denominación de este municipio.

CELADORES DE LA MORAL. Contra los que dice el tópico, los venezolanos somos buenos trabajadores, aunque un tanto aficionados a la bebida, según lo revelan algunos estudios de consumo alcohólico por año. Pero las cosas son más sutiles y matizadas de lo que suelen decir esos grandes informes robóticos.

Cierto concejal que secundó al proponente de las medidas referidas al comienzo de esta crónica, ha soltado uno de estos días: "¡Aquí hay que trabajar más!" y yo le respondo: "¡Aquí hay que trabajar todos!". Son 1.800.000 de despedidos, de obreros y empleados echados a la calle en los últimos tres años y medio, porque se destruyó la confianza en el país. Sin embargo, entes afectos al gobierno central, como la municipalidad de Caracas, en lugar de fomentar nuevas fuentes de trabajo o de preservar las ya existentes, se han dedicado a organizar bandas armadas, no digamos de borrachos, que también lo son, sino de marihuaneros, de consumidores de bazuco, de rinquincalla, entre otros combustibles de alto octanaje, para aterrorizar a los opositores. Con ediles como el señor Peñalver, a quien vimos en un vídeo disparando su pistola, los integrantes del municipio "Bolivariano Libertador" o "Libertador Bolivariano", no tienen derecho de acusarnos de vagos, ni de beodos, a los venezolanos.

Que me perdonen estos nuevos celadores de la moral y buenas costumbres municipales. Pero creo que en los dos casos que comentamos, opera en su contra la presunción de mala fe. La fijación de las tarifas hoteleras cae fuera del ámbito funcional del ayuntamiento, porque es materia reservada a las autoridades nacionales de turismo. Pero aparte de las consideraciones de Derecho Administrativo ¿a quién le importa que una pareja, mayor de edad, de este domicilio, en pleno goce de sus facultades físicas y mentales, en lugar de una noche loca en cualquiera de nuestros hotelitos, pague habitación por apenas siete minutos, tiempo mínimo reglamentario para llegar a la ebullición, según lo escribía Irwin Wallace?

El levantamiento de estos valladares acomodaticios, con sus prohibiciones a contrapelo y reglamentos de difícil supervisión, conducen a un solo destino: la corrupción administrativa. Los enamorados y los borrachitos, son gente práctica, en especial estos últimos. Se marcharán con su música y sus angustias para Chacao, Baruta, la Panamericana, la carretera Caracas-Guarenas y los propietarios de los establecimientos afectados, para no quedar en la bancarrota, terminarán en lo de siempre, pago de peaje a uno o varios miembros del cabildo.

AFINAR PUNTERIA. Valdría la pena que nuestros concejales afinen mejor su puntería, si es que quieren ocuparse de los verdaderos problemas de la ciudad.

Días atrás, los vecinos de las avenidas El Samán y Las Acacias, Urbanización La Florida, se quejaban de la prostitución de menores de edad en esas zonas residenciales y para nadie es un secreto que los accidentes de tránsito asociados con el consumo de licor de los conductores, constituyen la primera causa de muerte entre varones de hasta 25 años.

Pero ¡qué diablos! En Caracas no existe una vigilancia vial que nos proteja de los ebrios al volante, ni los propietarios de burdeles que bajo la apariencia de moteles, someten a nuestras jovencitas a una situación de semiesclavitud, tienen de que preocuparse, porque ellos, si que tienen en regla sus permisos con el Municipio Bolivariano.

Por lo que se ve, si de afinar la puntería hacia los problemas, estos concejales, apuntan a lo que les viene en gana. Si no me creen, pregúntenselo a la nueve milímetros del concejal Peñalver.

 


© 2002 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio