Las Primarias de la Oposición

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La impostergable necesidad de celebrar elecciones primarias entre los candidatos regionales presentados por la disidencia . . .


 

 

SE DESPLOMA LA POPULARIDAD DE  CHAVEZ. Cuando se publique el presente trabajo, quizá, los resultados de los últimos sondeos ya habrán aparecido por la prensa. Tres de las más importantes encuestadoras coinciden en que la aceptación del Presidente se hunde en un 30%. Sin embargo, a esta simpatía languideciente y en picada hay todavía que contabilizarle los respectivos descuentos.

 

EL MARGEN DE ERROR A FAVOR DE LA OPOSICION. El hostigamiento a los firmantes del revocatorio Presidencial, ha generado el subproducto de un encuestado, poco dispuesto a soltar prenda. El empleado público, el contratista al servicio del Estado, el parroquiano oliente y moliente que necesita renovar su cédula, solicitar un pasaporte o acudir a cobrar su pensión de jubilado, está enterado de la página en la red del señor Tascón, como también de las listas negras, intimidatorias y capomafiosas, que circulan en los ministerios. De manera que cuando  un desconocido toca la puerta para indagar las preferencias políticas, el gentío se hace pasar por “Ni-ní” o se deja de malos ruidos y posa de chavista para salvaguardarse de posibles represalias.

En los sectores depauperados, este mimetismo cubica volúmenes mayores. Es comprensible. No es lo mismo responder un cuestionario en el ambiente de un condominio relativamente seguro, que hacerlo en Hornos de Cal, La Charneca, La Dolorita, donde el azote de barrio exhibe ahora el rimbombante calificativo de “luchador social bolivariano”. Días atrás me lo comentaba un grupo de amigos que reside en esta clase de sectores: “No somos tontos, para hacer del conocimiento público en nuestro vecindario que queremos salir de Chávez ¿A ver si los malandros que pasan por la taquilla del alcalde Bernal, nos queman  nuestros ranchos?”

Total, que por muy adiestrado que sea el encuestador, el margen de error se multiplica cuando su trabajo de campo realiza en un país donde se perpetran los crímenes más atroces a causa de las preferencias políticas. Como incinerar vivos a los soldados de Fuerte Mara, para mencionar solo el caso más reciente.

COBRANDO AUNQUE SEA FALLO. A ese 30% referido al comienzo hay que quitarle por lo menos diez puntos. No se refleja este descuento en los llamados gráficos de torta,  elude a los entrevistadores más perspicaces, pero esta ahí, latente, agazapado, a la espera que se abran las urnas de votación, para expresar su rabia por el vejamen de no poder expresarse con libertad.

Pese a todo, ese rechazo abrumador de la gestión de Chávez, parece no traducirse, a la hora de anticipar los resultados de las elecciones de gobernadores y alcaldes. Aparte de las particularidades de cada región, juega en esto último la dispersión de las opciones presentadas por la disidencia.

En medio de tal paradoja, el supuesto dilema hamletiano, de ir o no ir a las elecciones regionales o de declarar vivo o clínicamente muerto el referendo revocatorio, resulta una calistenia ociosa, innecesaria que ni siquiera merece el calificativo de sofisticada.

La oposición en cuanto a la posibilidad de sacar a Chávez mediante los votos, debe seguir en lo que anda. Exprimiéndole la última gota a la naranja, pero como suponemos que la Coordinadora Democrática, es capaz de caminar y masticar al mismo tiempo, tendrá que articular los mecanismos de modo que el mayor número de sus candidatos a los cargos estadales se ponga de acuerdo. Claro, se dice rápido. El político profesional, es un enfermo crónico de vedettismo, de modo que nunca es sencillo disuadir al salvador de la patria que cada aspirante lleva dentro de sí, que es hora del no va más, porque hay otro competidor con mayores posibilidades de triunfo y en circunstancias semejantes, los egos desorbitados abonan el terreno a la espiral totalitaria de la llamada Quinta República.

La prioridad es sacar a Chávez a los votos. Eso no se discute. Pero si las trampas del CNE y de la Sala Constitucional tienen éxito, hay que cobrar aunque sea fallo el repudio generalizado al llamado gobierno revolucionario.

LAS PRIMARIAS DE LA OPOSICION. Nadie dice que unas primarias abiertas entre candidatos de la oposición, se encuentren inmunes a toda desviación, incluida  la posibilidad de que los chavistas acudan a votar, también, con el objeto de crear distorsiones. Pero aún en este supuesto negado, porque al comienzo partimos de la premisa de la poca capacidad de convocatoria del oficialismo, estaríamos ante un mal menor. El peor candidato de la oposición, es preferible al gobernador genuflexo con el oficialismo. En especial si alguno de estos últimos se erige mandatario regional, no por sus méritos personales, sino por la dispersión bobalicona del voto de las fuerzas democráticas.

 


© 2004 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio