GUERRA ASIMETRICA.
Todo estudiante aplicado desea aprobar su pensum completo. En el caso
de un aprendiz de dictador, además de familiarizarse con las técnicas de
meter mano en la tesorería, financiamiento de narcoguerrilleros y
desestabilización de sus vecindarios, existe una asignatura básica.
¿Cuál es la fórmula más eficaz
para perseguir periodistas independientes, abogados respondones y disidentes
en general, a través de juicios revolucionarios?
Eso se enseña en “Represión I”,
conforme al curso correspondiente que se imparte en La Habana. En “Represión
II”, los iniciados se familiarizan con las delicias del fraude electoral, el
apaleamiento de damas y la elaboración de listas negras de opositores, para
negarles la salud, el trabajo y demás derechos elementales y aquí llegamos a
la madre de todas las madres, en este currículum forajido. Nos referimos a
las tácticas de “Guerra o Defensa Asimétrica” impartidas en “Represión III”,
verdadera tesis de grado para aquellos que aspiran el título de “dottol”
en lo que viene a ser la segunda profesión más antigua del mundo.
Por supuesto, que la muchachada
de esta universidad, no se compenetra con clásicos de la guerra, como Sun
Tzu, Clausewitz, Lidell Hart, ni con los menos clásicos, como Mao Tze Tung,
Ho Chi Minh y el “Che” Guevara.
En realidad, lo de la asimetría
no es otra cosa que variaciones sobre un mismo tema. En el caso de Castro,
los hipotéticos 400 o 500 complots, han servido de excusa para las más
extravagantes acusaciones de complicidad con los hipotéticos invasores. En
lo que se refiere al supuesto desembarco del Baby Bush en nuestro
territorio, se trata de una coartada no muy ocurrente, para armar, para
pegar de la ubre de la Hacienda Pública, a la misma calaña de marihuaneros,
que operó bajo el remoquete de "Círculos
Bolivarianos".
LO QUE ES IGUAL . . .
Sea como sea, el combate asimétrico, llegó para
quedarse. Si lo miramos como lo que es, un eufemismo de la represión,
resulta indudable que con sus distintos grados de intensidad, lo tenemos
desde el mismo 2 de febrero de 1999. Ello plantea una necesidad urgente: que
la oposición se ejerza, también, de manera asimétrica. Algo que tampoco
significa violencia, intimidación, ni una convocatoria a las vituperadas
“guarimbas” que ahora reivindica el propio Chávez, siempre y cuando el
disidente sea él y le toque enfrentar un gobierno tan perpetrador como el
suyo.
Los llamados grandes partidos, no
hacen oposición, los presos y perseguidos políticos los pone la sociedad
civil y ello obliga a esta última al empleo de métodos menos
convencionales.
Si el gobierno, cede parte de
nuestra soberanía y le regala millardos al régimen cubano, la asimetría
opositora consistiría en revelar el monto de los donativos. Nadie será
declarado vendepatria, ni cosa que se le parezca. Pero se generará una
espiral inflacionaria en el celestinaje internacional. La próxima vez,
Zapatero pedirá más, Lula querrá cobrar en euros, a Kitchner se le
alebrestará el argentino y eso no lo aguanta ni siquiera un barril de
petróleo a 100 dólares.
La denominada payola informativa
es algo que, también, debe colocarse en observación por las asimetrías
contrarrevolucionarias. El ejemplo es solo hipotético. Un columnista
pro-oficialista, que todos los viernes posa de librepensante, pero que
figura en nómina gobiernera, semanario “Todos Adentro”, bajo el nombre de
José Pilar Torres, no puede seguir con esa cara de payaso triste y he aquí
la temible venganza escuálida: poner al descubierto su prosperidad, revelar
que ese hombre está buchón y, por lo mismo, convertirlo en blanco fijo de
pedigüeños y petardistas.
Los nuevos tiempos, exigen
inventiva y creatividad selvática. La cancelación de valores como la
urbanidad, buenos modales, buenas costumbres, la ética, el respeto a las
señales del tránsito y el principio de recolección de la basura, es novedad
que hay que abonarle a la llamada Revolución Bolivariana. Queda pendiente el
compromiso de hacer patria, con una oposición igualmente asimétrica. La
contrarrevolución tiene la palabra.
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