LOS
LECTORES SE SERVIRAN RECORDARLO. En escasos 16 meses, la mayoría
oficialista del CNE ha descabezado, inmisericorde, a todo el funcionariado
sospechoso de no estar con el llamado “proceso”.
Visto
así, en una votación interna, celebrada en el auditorio del instituto
cumpleañero, con un público cautivo, porque si de algo no se podía
acusar a los asistentes, era de escuálidos o de seguir los lineamientos
de la CIA, constituye una paradoja, por decir lo menos, que apenas
anunciado el nombre de la nueva “Miss
CNE”, el graderío entero, convertido en una traílla, aulló, una y
otra vez, acompasada y como un solo hombre: “¡Fraude, fraude,
fraude!”.
NO
ES FACIL SER ARBITRO EN BELLEZA FEMENINA. Esta última, se halla en
cada rincón de nuestras vidas. En la amiga con derechos. En la liberal o
en la sargentona. En la propia o en la reglamentaria. En el levante de
media tarde o en la siempre fiel –especie en vías de extinción. En los
amores correspondidos o en los llamados platónicos.
El
articulista, ya lo tiene dicho: encuentra poesía en toda mujer.
Panglosianismo o “panfeminismo” hasta los tuétanos o carencia
absoluta de control de calidad, al tenor de la acusación de alguna
lectora, apreciada, pero de muy mala uva.
Hay
mucho de esto último, en el errático Carrasquero. Un “me da lomo”,
igual al manipular un certamen de belleza, que al reconocer un “No”,
en lugar de un “Sí”, masivo, mayoritario y reprobatorio de una
Presidencia gamberra. Timoteo, Asdrúbal, Tulio y los profesores Hausmann
y Rigobón, ya están advertidos. En lugar de algoritmos y análisis matemáticos,
que ni ellos mismos comprenden, deben presentar ante la OEA el alegato
irrefutable de un rector incapaz de ubicar, no digamos la siempre huidiza
voluntad de un electorado, sino la eternamente ubicua, belleza de la
mujer.
EL
AMOR Y EL INTERES. Reporta Eugenio Martínez, en un excelente trabajo
publicado el miércoles pasado en este mismo periódico, que la celebración
del nuevo aniversario del CNE, tendrá un costo aproximado de 200 millones
de bolívares.
Los
festejos incluyen, la mencionada elección de reina, campeonato de dominó,
competencias de palo encebado, carreras de saco, pico-pico-solorico y la
captura de la chencha –algo así como unos sanfermines, pero en reversa-
porque los integrantes del CNE no serán perseguidos, sino que más bien
perseguirán, y partirán, una cochina de 230 millones de dólares en
contratos otorgados a dedo a unas empresas fantasmas, so pretexto de una
supuesta mecanización.
La
apertura de un hall de la fama,
tampoco podía faltar. Un busto del hombre de “el 28, el
28, el 28”, se develará como homenaje a la precisión y el
respeto por la palabra empeñada; las máquinas operadas por “Indra”
se exhibirán, pero como testimonio de una tecnología, obsoleta y si se
quiere inocentona. Un arca, atesorará los discursos del
rector-presidente. Todo un aporte gramatical, con sus “íbanos”,
“veníanos” y “¡epa, señor, despácheme un kilo de rábamos!”
que fue su réplica oportuna, cuando cierta crónica malsana hizo chistes
a costa de su buena prosa.
PREMIO
DE CONSOLACION. El venezolano, se ha convertido en un individuo
inconforme y respondón. La gresca, con motivo de la mencionada elección
de la reina, no constituye una protesta aislada. Con seguridad, los
ocupantes de los segundos, terceros y subsiguientes lugares en las
competencias deportivas, organizadas con ocasión de esta efemérides,
también denunciarán fraude. Sería el principio del fin, de la carrera
arbitral del rector Carrasquero.
Un
hombre que es recusado, lo mismo en la elección de una Miss,
que en una semifinal de palo encebado o de pico-pico, podría quedar
inhabilitado, de por vida, para ejercer el papel de juez. Ni siquiera para
pitar un partido de la sub-15 de la Vinotinto o como veedor de pista, en
el hipódromo “Santa Rita”. A
excepción de la Sala Constitucional. Única posibilidad, de este
buen señor, de continuar su arrolladora carrera de árbitro, ecuánime,
imparcial, pero mayormente, bolivariano.
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