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“Mientras tu duermes, el camarada Lenin (o Stalin) trabaja” . . .


Ahora que la Revolución Forajida ha firmado entre gallos y medianoche, una carta intención para venderle a los rusos la “Ruhr Oel Gmh”, ROG, propiedad de Pdvsa, me viene a la memoria un episodio de viejos tiempos del comunismo soviético atribuido a Lenin, o quizá a Stalin, lo mismo da a los efectos de esta crónica. Cierran la edición del periódico, estoy embalado en mi procesadora de palabras y no queda ni un minuto para consultar notas adicionales: “Mientras tu duermes, el camarada Lenin (o Stalin) trabaja”.

 

Tal era la propaganda que promocionaba la supuesta laboriosidad del Jefe Máximo, cuyo despacho en las noches era iluminado con una lámpara de pie, colocada de manera estrátegica tras un monigote de palo para dar la impresión a través de una ventana entreabierta, que el hombre estaba ahí, infatigable, al pie del cañón, día y noche, 24 horas consecutivas.       

Un ocioso ejercicio intelectual. No deja de ser una ociosidad escribir   sobre preceptos constitucionales y legales, donde un gobierno no cumple con ninguno y no hay juez, ni Ministerio Público que lo meta en cintura. Pero qué demonios. Habrá que hacerlo, para que por lo menos para llevar la cuenta de los expolios.

Los artículos 150 y 187.9 de la llamada Constitución Bolivariana, esa butifarra normativa que nos ha convertido en el hazmerreir jurídico del planeta, pautan que los contratos de “interés público” que cierre el Estado venezolano con entidades oficiales extranjeras o con sociedades no domiciliadas en el paíis, requieren la previa autorización de la Asamblea Nacional.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, en una sentencia suscrita por sus actuales miembros (fallo 2.241 del 24/09/03) acogió, entre otras, la llamada “noción cuantitativa” para determinar cuándo una negociación es de “interés público”. “Grandes contrataciones –dijo el TSJ- susceptibles de comprometer gravemente el patrimonio de la República, de exponerla a pérdidas graves o inclusive a reclamaciones internacionales”.

Pero un millarcito de dólares o  parte de él depositado en cuenta cifrada, bien valen una misa. Así que como lo hicieron con los acuerdos petroleros con Cuba, ahora le pretenden vender a los tambien “hermanos” de la ex Union Soviética, sin licitación, a dedo quintarrepublicano y sin cubrir ni siquiera las apariencias de pasar por un parlamento -que tampoco parlamenta demasiado- una empresa de todos los venezolanos que es propietaria de, cuatro refinerías, seis oleoductos, tres terminales petroleros, dos complejos petroquímicos y más de 2.000 estaciones de servicio.

La raspa bolivariana.  “El Universal” (31/10/03 y 01/11/03); el vespertino “El Mundo” (26/12/03); “El Nacional” ( 27/12/03) y el semanario “La Razón” (28/12/03), nos informan cómo se bate el cobre de la corrupción en el Kremlin y sus alrededores.

Vladimir Putin ha construido lo que en Rusia se denomina un “siloviki” o mafia alrededor de su Presidencia. Antiguos compañeros de la siniestra KGB, figuran incrustados en diversas instancias del Estado. Ello ha permitido la apropiación de emporios empresariales, como el perpetrado en perjuicio de la petrolera Yukos y del editor Boris Berezovsky, por nombrar solo los dos casos más notorios, para lo cual han valido del Fiscal lacayo y también ex miembro de la KGB, Vladimir Ustinov.

En el caso concreto de la citada Yukos como principal beneficiaria de la incautación de sus activos y los atropellos contra sus propietarios, aparece su competidora, Alfa-Group. Casualmente, esta última es quien ahora negocia la adquisición de la ORG del gobierno venezolano, anunciada el día 23 de diciembre, cuando usted, amiga lectora preparaba sus hallacas para la Noche Buena. Alfa-Group, registra su prontuario particular a través de sus asociadas, Alfa-bank, la petroquímica Regionkontrakt y la también petrolera Regionesfsnab. Fraude fiscal, sobornos a funcionarios públicos, estafa en perjuicio de accionistas y depositantes, acaparamiento de comida, ocultamiento o lavado de dinero proveniente de corrupción adminstrativa a través de la apertura de cuentas cifradas.

¿ Y qué aspiraban los lectores? ¿Que la Revolución Forajida entrara en acuerdos con algo así como la Santa Madre de Calcuta Petroleum Corporation?

Como queda visto cabe parafrasear el latiguillo publicitario citado al comienzo, con una versión mas local. Mientras la oposición defiende las firmas del revocatorio, mientras los compañeritos de a pie del oficialismo aceitan su peregrina tesis del megafraude, mientras los venezolanos comemos hallacas o nos preparamos para recibir a los Reyes Magos, los miembros del cuello blanco bolivariano, raspan la olla.

 


© 2004 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio