LA GALLINA
BOLIVARIANA. Pero ya lo enseñan los textos de la farmacopea elemental. Un
yerbajo poco digerible pero multiuso como ese del magnicidio, puede tensar
las fibras revolucionarias más nobles, lo mismo que desencadenar
contraindicaciones según, la edad, peso, talla, hambre atrasada, poca
arboladura moral del paciente y eventual sobredosis propagandística, algo
que en este caso se evidencia con la proliferación de recontraanillos de
seguridad a cargo de los sicarios enviados por Fidel para proteger su
gallina de los huevos de oro (lo de gallina lo escribimos sin segundas ni
terceras intenciones).
Una
de las reacciones imprevistas de esta campaña para presentar al señor Chávez
como candidato a mártir, ha sido la de alebrestar la tripa peculadora de
algunos de sus seguidores más cercanos.
- ¿No
habíamos quedado que en el peor de los escenarios, la cosa iba hasta el
2021, con derecho a prórroga?
La
sola duda hizo que más de uno se despertase del sueño húmedo –conocido
también como el sueño inglés- del Poder para toda la vida, síndrome que
ataca a todo imbécil con cargo público. Desde un jefe civil, hasta un jefe
de Estado, pasando por ministros, directores de institutos autónomos y
cierta clase de ancianos retorcidos y caradura, a quienes la sola cercanía
con el concepto de autoridad, es capaz de volarle los tapones, no muy
abundantes que se diga.
Ya lo
tiene establecido la sabiduría popular: los extremos se tocan y en este caso
la comezón perpetradora de raspar la olla para asegurar el futuro, ha venido
acompañada de cierto recato. Nos referimos al marcaje de distancia de las
escatologías del jefe cuando los venablos van dirigidos a Baby Bush y por
consiguiente, podrían impedir desde una visa de turista hasta una futura
solicitud de asilo.
PORQUE NO SE CREA.
El verdadero revolucionario o revolucionaria, no se le arrima al toro de los
negociados de Pdvsa ni a los megaguisos escandalosos y desvergonzados de
Mercal, para al día siguiente de la tragedia de un magnicidio consumado,
pegar una carrera hasta Zimbawe o establecer residencia en un asentamiento
de la franja de Gaza. El hombre de los ojos verdes no se ha comprado su
palacete en Trípoli, sino en las orillas del lago de Montreaux y la diputada
con desplantes de tropera alzá, cuando calienta motores del jet a su
disposición, no lo hace en ruta hacia La Habana, sino que pone proa para el
aeródromo de Fort Lauderdale.
Con
todo, la aceleración a velocidad de película muda por meter mano en la
Tesorería y la inclinación a pasar agachado cuando se producen alguna clase
de improperios, no son los efectos colaterales más antibolivarianos de esta
campaña para promocionar como mártir a nuestro Presidente. Algo que luce un
tanto precipitado porque no se sabe a ciencia cierta si algún día se llegará
a concretar el disparo artero, el impacto de un misil con ojiva química o el
menos poético palo cochinero, porque los magnicidas son así: capaces en sus
oscuros propósitos, de recurrir a instrumentos letales de cualquier clase.
INFIDELIDADES
BOLIVARIANAS.
Lo peor ha sido la desconfianza, las sospechas de infidelidad bolivariana en
la eventualidad que de tanto llamar al lobo del magnicidio, se presente la
tal criaturilla con la subsiguiente caída y mesa limpia.
Son
las 4:45 de la madrugada. El altísimo funcionario del gobierno
revolucionario no ha podido pegar los ojos. Todo por culpa de Mendocita ¿A
nombre de quién están las cuentas off shore, en Brunei, Hong-Kong,
Suiza y Teherán? ¡A nombre de Mendocita! ¿Y el yate de 100 pieses y
el tonjaus en los Mayamis? Igual. Es momento de desconfianza y
duda, de modo que sin importar la hora, repica el teléfono en casa de
Mendocita:
-
¡Mira, Mendocita, cuidado con una vaina porque te raspo! ¡Con magnicidio y
sin magnicidio!
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