"Son sus panas, sus carnales, después de
todo, quienes la tienen secuestrada en el Caguán" - habrá pensado
para sus adentros y para sus afueras Chirac.
Remediar el dolor remoto, es huir un poco del dolor
inmediato y compatriota. El peligro del exotismo, no deja de ser una
tentación aventurera propia de gente como nuestro Presidente.
Sus hazañas ecologistas, la más reciente en la Conferencia de la Tierra,
Johanesburgo, siempre se han cumplido con puntualidad, pero en países
lejanos e hiperbóreos. Mientras tanto, Caracas se hunde en basura, se
contaminan con impunidad nuestros nacimientos de agua y dias atrás,
apenas, el gobierno otorgó una concesión de oro que compromete la
supervivencia del Orinoco, nuestro río rey, aparte de aniquilar
kilómetros y kilómetros de la flora y la fauna que lo circunda. Son muy
revolucionarios, estos paladines de la mediación, el diálogo y el
ecologismo a distancia. Tienen algo de Walter Scott, Emilio Salgary y de
Mahatma Ghandi. Un aventurerismo que no deja de ser simpático. Pero una
de las cosas que denunciaba Marx, era precisamente eso, "el
aventurerismo revolucionario".
EL MEDIADOR DESCONOCIDO. Lo confesamos, es una
faceta que ignorábamos en Chávez. Ha fracasado con estrépito en los
intentos de diálogo con sus adversarios locales. Lejos de conciliar, de
pacificar, de unir, su política ha sido la de siembra de odio entre los
venezolanos. Pero quién sabe, a lo mejor nos resulta profeta en tierra
ajena y le devuelve la tranquilidad a la familia de la señora Betancourt.
Dicho sea de paso. Le deseamos suerte en la empresa. Lo decimos, sin
ironía y sin mezquindades.
Pero aparte de todo ¿Ante quién iba a recurrir
Chirac, para que dialogara con Tiro Fijo o con el Mono Jojoy? ¿Ante Bush?
¿Ante cualquier otro duro en la lucha contra el narcoterrorismo? En esto
de la mediación juegan papel determinante las buenas relaciones. Mejor
todavía si existe entre los involucrados, alguna especie de
confraternidad, de comandita o de química.
Mirándolo en sentido inverso, ahora nos explicamos
el fracaso de las misiones de diálogo y mediación que han venido en
estos días a Venezuela.
Carter, tiene fama entre sus compatriotas, de ser el
Presidente más santurrón -por no decir más pelmazo- que han tenido los
Estados Unidos y ya está visto que a Chávez, le importan un rábano las
resoluciones de la OEA, la ONU y demás organismos internacionales.
La historia sería diferente, si para interceder
ante el gobierno de Venezuela nos visita algún miembro del Batasuna,
Saddam Husseim o hasta el mismísimo Bin Laden. El diálogo sería
fructífero, productivo, más fluido en tales condiciones, incluso, sin
necesidad de traductoras. Existe un slang, un caló, alguna
germanía, cierta clase de lenguaje, más universal todavía que el de las
señas, entre los miembros de tal cofradía. Días atrás, alguna prensa
se lamentaba, de su utilización en ¡Aló, Presidente!
UNA PETICION. Servidor, ha evitado el empleo del
espacio que cada lunes me concede este diario, para ventilar cuestiones
personales. Pero me han robado mi Monza, 92, color azul. Ya está visto.
Nuestro Presidente tiene excelentes relaciones con el terrorismo y demás
elementos del hampa internacional. Asumo que las tendrá también con sus
pares locales. No le costará nada ayudarme, ahora que estoy a pie y él
anda en plan conciliador. Me parece oírlo.
- ¡Aló! ¿Con quién hablo? ¡Esssse,
Pata 'e Calambre! ¿Qué fue, men! ¡Soy yo, Chaaave! Oye, men, es que a
un tipo le robaron su tacón. El pure es un plasta, pana, y yo quisiera
quebrarlo, pero tú sabes, chamín, ahora soy mediador internacional y
estoy en plan de entrenamiento ¿Ves?
-¡... nnnño, Chaaave! ¡tu si eres nice, men! Te
voy a ayudar, pana. Voy a hablar con el Charco 'e Sangre, con el Yoni y
con el resto de los compinches.
- Bien, Pata 'e Calambre, le devuelves tu tacón al
tipo pero después me le das una buena errepé, bien soberana, con los
Círculos Bolivarianos.
Es que si Chávez es un mediador, mi monzita
es un Mercedes Benz.
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