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Ante la proliferaci´nn de despachos públicos, el articulista pronostica una nueva oleada de ministerios, institutos autónomos y empresas del Estado . . .


 

La revolución forajida, ha anunciado la creación de tres nuevos ministerios. Los despachos de Empresas Básicas y Minas, de Turismo y de Industrias Ligeras, se agregan a la retahila dispendiosa, extravagante, pero sobre todo improductiva de institutos como el Banco del Tesoro, el Banco de las Fuerzas Armadas, el Banco Cooperativo, el Banco de la Mujer y el Banco de los Pobres, hecha la salvedad que en relación con estos dos últimos, se trata de remakes o relanzamientos, luego de administraciones que arrasaron con el patrimonio de dichos organismos.

Por si fuese poco, están la ampliación del número de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, la reciente creación, en la Cancillería, de cinco nuevos viceministerios, sin contar con el prurito paridor -igual que una acure mamá - de almirantes y generalotes cuyo merecimiento máximo, ha sido, es y será, porque sus facultades no dan para otra cosa, que la condición de vendedores de patatas.  

 

Hay en todo esto, algo más profundo, que el favor de sinecuras a cambio de obediencias perrunas. El apotegma tiene caracter casi bíblico: Todo imbecil es malicioso. De modo que a falta de herramientas gerenciales básicas, modernas, elementales, el mandatario primitivo acude al expediente de diluir el Poder entre sus presuntos seguidores, como una forma de evitar que ninguno le haga sombra o que sea presa del siempre sedicioso “¿ qué tiene semejante patán que no tenga yo?”.

Sea como fuere, la nueva composición ministerial llegó para quedarse. Otro subproducto de la concepción ramplona y populista, que busca entronizar una sociedad de pedigüeños, con la consiguiente proliferación de depachos públicos diseñados para la dádiva. Es difícil justificar tal crecimiento burocrático, a menos que se parta de la hermenéutica bolivariana. A saber:

MINISTERIO DE INDUSTRIAS LIGERAS. Se le estima a los lectores, no incurrir en confusiones malsanas. Nadie en Venezuela construye un galpón ni monta una fábrica. Ni liviana, mucho menos pesada. De modo que cuando la revolución forajida habla de “industrias ligeras”, el adjetivo tiene  connotaciones distintas al tonelaje de los productos brutos o terminados. Industria ligera, a los actuales efectos, es sinónimo de veloz o relancina. Como, hacerse rico con impunidad, de un zopetón, con la venta de unos bonos del Estado y ser capturado con la milésima parte del botín, en una aduana de Miami. O pasar de resentido social a magnate, de la noche a la mañana, con la compra, a dedo, sin licitación, de unas cazahuellas o de unas máquinas de votación, manipulables a gusto del consumidor. Ya lo saben los más ligeros del régimen. Ahora cuentan con su ministerio, protección arancelaria  y quién sabe si hasta con créditos blandos.

MINISTERIO DE TURISMO. El dilema es elemental. ¿Quién deja más divisas a su paso por Venezuela? ¿Un americanote, medio pelmazo - tipo Jimmy Carter -  que viene en un tour guiado, propinas incluidas y se pasa una semana entera, en el borde de una piscina, echado como un cachalote, para tomar color o unos tipos duros como Montesinos, el aeropirata Ballestas o el señor Rodrigo Granda?  

Ni siquiera los detractores más furibundos del presidente Chávez lo podran negar ¡ Aquí, sí se sabe cómo se bate el cobre - y el cobro - a la hora de turistas que producen valor agregado!

Nos imaginamos la campaña publicitaria del nuevo ministerio, al agarrar el toro por los chachos, en materia del aumento cualitativo de nuestro flujo de visitantes.

“¿Va a seguir con esa visitadera a las playas de Aruba,  los safaris del Africa o a la plaza de San Pedro, para que lo bendiga Su Santidad? ¡ No, oh! Véngase a la “bolivariana” que es donde está el sabor”.     

Los paquetes turísticos, incluirían, anillos de seguridad para prófugos de la justicia internacional, naturalizaciones express y por supuesto, el ejercicio del sagrado derecho a elegir y ¿y por qué no? ser electo, porque el ya citado “¿Qué tienen los burócratas bolivarianos, que no tengamos nosotros?” también aplica para los visitantes especiales.

VIENEN MAS. Esta creación exitosa de nuevos despachos ministeriales, acarreará, a su vez, otros y éstos, otros y así sucesivamente, hasta llegar a la madre del ente burocrático centralizador de la gestión bolivariana por excelencia. Nos referimos a la ineludible publicación en “gaceta” del Ministerio de la Corrupción.

Un paso al frente, en la regularizacion del principal recurso renovable del régimen. Ya que no existe la voluntad para acabar con el terrible flagelo, que por lo menos pongan orden en la pea.

 


© 2005 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio