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Sin embargo, no ha faltado quíen nos quiera convencer que la diatriba contra el Clero, es una opinión personal de Meza que no compromete de ninguna manera a la mayoría de los integrantes de la citada fracción parlamentaria, quienes por otra parte, no estarían muy desconformes con lo expresado por su colega. En otras palabras, la vieja historia del quintarrepublicano bueno y del quintarrepublicano malo; del quintarrepublicano enemigo del agua y del jabón y del quintarrepublicano higienizado. Como si los venezolanos fuésemos lo suficientemente idiotas para no darnos cuenta que modales más, modales menos, todos los integrantes del MVR son lo mismo porque pertenecen a un partido político donde no hay autonomía, no existe democracia interna y sus dirigentes se someten so pena de excomunión, a las órdenes que les llegan desde la Presidencia. Además, los que presenciamos la transmisión del debate sobre la inseguridad, vimos como los compañeros de tolda de Meza Ramírez, se prodigaron en aplausos, en vítores, se pusieron en pleno de pie para auparlo en el punto más alto de su avalancha verbal contra los sacerdotes. Incluso, desde la claque movilizada en autobuses del Estado hasta las barras del hemiciclo, no faltó - porque no podía faltar- el grito aguardientoso de "¡ plomo con esos curas, carrizo!" de un exaltado, a quien le pintaron calva la ocasión, para ponerse a tono con la jerga, con la germanía, del Padre, Madre y Espíritu Santo, del llamado "proceso". ¡EL LOBO, EL LOBO!... Y VINO EL LOBO. Pero no voy a ocuparme de la escalada del hampa que sirvió de excusa a la bancada oficialista para agredir al Clero. Prefiero escribir un artículo sobre un tema que es todavía más grave, aunque irrite a los quintarrepublicanos más duros, según el tono de los correos electrónicos que me envían cada vez que hablo del asunto. Me refiero a las agresiones del gobierno contra la Iglesia. Los venezolanos, hemos tenido una historia accidentada en esta materia. Apenas se instalaba la llamada Primera República, entre el Gobierno y el Clero surgió una disputa en materia de patronato que culminó con la expulsión del episcopado en pleno. Guzmán Blanco, además de reñir con sacerdotes, expulsar arzobispos y de implantar el matrimonio laico, fue más lejos, porque en alguna oportunidad asomó la posibilidad de fundar una Iglesia separada de la obediencia del Papa. Pero el asunto, no avanzó más allá de un proyecto. Durante la época de los 60 y por la onda expansiva de la teología de la liberación, tuvimos por aquí algunos de aquellos curas admiradores del Che Guevara que con guitarra y melena, iban a evangelizar los cerros pero que en muchos casos terminaron por convertir la catequesis en un mariachi. En esa oportunidad también se habló de constituir una Iglesia sin mayor sujeción con la autoridad vaticana. Claro, jamás un gobierno venezolano había estado bajo sospecha de colocar artefactos explosivos en los templos y aunque nadie puede decir a ciencia cierta quién es, en realidad, el autor material de tal crimen, en lo que no existe asomo de duda es que Chávez ha sido el agente propiciador de los atentados. ¿ No les había amenazado una y otra vez a la Iglesia, a los medios, a los que tienen más, a los disidentes, que en cualquier momento vendría el lobo? Pues bien, con sus continuas invocaciones terminó por llamarlo de veras y ahora que tenemos entre nosotros al lobo de la violencia, es tan grave, en definitiva que sea el Gobierno o sus adversarios los autores de los "niplecitos" como los minimizó el ministro de Relaciones Interiores. UNA IGLESIA BOLIVARIANA. El cristianismo, un día, se hizo católico y vaticano. Se puso al amparo del poder político y dejó clara su vocación ecuménica, universalista que está explicita en sus textos fundacionales. Pero gente como el diputado Meza y el mismo Chávez, quieren para Venezuela un catolicismo de campanario, reducido, local. Quizá un nacionalcatolícismo en el que nuestros obispos, nuestros sacerdotes y hasta la feligresía estén empequeñecíendo la universalidad de Crísto mediante la sumisión caciquera a un líder político-espiritual. La verdadera catedral es la fe. La otra catedral, la gótica o románica es sólo arquitectura y sirve para funeralizar caudillos. No la deberían utilizar para enterrar víctimas de terrorismo.
© 2001 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio
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