Guiso,
trinquete, bajarse de la mula, no dejarme en el aparato, dame lo mío, ¿Cómo
quedo yo ahí?, ¿Cuánto hay pa’ eso?, carne en el gancho, estar en el ajo, ir
pegao, queso, ñiquiñuqui, chocozuela, clavarle el diente al jamón, mordida,
zampada, la moñoñada, acercarse al sabor, ¿me quieres o no me quieres?, lo
mío que me lo dejen en la olla, arrase, caída, la mesa limpia, estar en la
teta, !con mi “Audi” no se metan!, !dame mi “Hummer”, papito!, movimiento ‘e
bemba y pegarse a la verruga, éstas ultimas cuatro expresiones cuyo empleo
ha crecido como la verdolaga en los últimos ocho años, no sabemos
exactamente el motivo. Todo ello sin contar la elevada suma de gestos,
morisquetas, ronquidos, expresiones corporales y hasta sonidos guturales en
clave Morse, para ponerse a salvo de escuchas indiscretas.
Esa fruición, comezón,
picazón, ese furor de Mesalina de los sedicentes revolucionarios por
conjugar el verbo pecular en pretérito, antecopretérito, futuro pero sobre
todo en presente pluscuan-perfecto, no solo se reduce al aporte
lingüístico.
¿Cómo pueden unos sujetos
mentalmente medio tarados o tarados y medio acceder a unos milloncejos en
moneda dura o hacerse accionistas de una empresa de telefonía celular, un
banco, una atunera, un haras de purasangres o quedarse con una buena tajada
de barriles de Pdvsa?
Es el aporte de la corrupción a la
denominada redistribución bolivariana de la riqueza. A saber: pa’ los
tierrúos, las migajas del Barrio Adentro, Mercal y las supuestas misiones.
Pero para la jai y la culai de los disminuidos mentales que
han accedido a las alturas de Poder, la denominada parte del león - o del
gorila - única posibilidad cierta de salir de abajo, porque ya esta visto
que son gente a través del trabajo tesonero y honesto, no puede aspirar mas
que a una chamba como servicio de adentro de esas misma mansiones del
Lagunita Contrisss Cluss que ahora ocupan como potentados.
Pese a todo y por
paradójico que parezca, la corrupción tiene un papel redentor. Nos referimos
al carácter participativo, pero sobre todo, protagónico en la salvación de
la Patria. Por lo menos desde la perspectiva de quienes alentamos una salida
pacífica y vemos en el CNE, el TSJ y la Fiscalía obstáculos insalvables para
propiciarlas. Es aquí cuando emerge como única posibilidad incruenta, la
obsesión de acumular dólares, yenes, euros y moneda dura, de los supuestos
jefes revolucionarios.
- ¿Y donde voy a
disfrutar esta boloñota que me he metido, en los últimos ocho años? ¿En
Cuba, en Irán, donde el “hermano” Evo o en la república del Socialismo del
Siglo XXI, donde ya ha comenzado a escasear hasta el papel toalé? !Qué va oh!
- es una pregunta que se ha comenzado a formular con connotaciones,
casi, magnicidas el llamado gobernador de los Ojos Verdes. Pero lo mismo se
la estarán haciendo “Audi” Rodríguez, el general llorón, como tantos otros
ministros del Poder Popular, presidentes de empresas del Poder Popular y
traficantes del Poder Popular acercados al sabor, menos Popular, porque ya
está visto quiénes son los que se quedan con el lomito.
Como se ve, esa
superchería del supuesto el Socialismo del Siglo XXI da cáncer, pero la
corrupción lo cura.
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