Ha sido
una temporada en baja para los gobernantes y ex gobernantes forajidos de
la Tierra. Sus pares bolivarianos en funciones publicas, "por
ahora", deberían recapacitar, pensarlo mejor, cuadrar bien las
cuentas. En especial en lo que se refiere al costo-beneficio de sus tropelías
o megatropelías.
Rascabuchear
el
erario público y colocar en un paraíso fiscal los milloncejos de los
latrocinios en Pdvsa o de los recursos del Mercal era visto, si se quiere,
como un pecadillo metabolizable por la vindicta internacional. Sin
embargo, el martes pasado la ONU aprobó en Mérida, Yucatán, la Convención
Mundial contra la Corrupción. Un verdadero paso al frente, en materia de
persecución planetaria a los responsables de ese flagelo.
¡
RECORDAR ES VIVIR!
En otro tiempo a los defenestrados del Poder les bastaba con poner mar por
medio, para salvaguardarse de toda rendición de cuentas. Los peculadores
y perpetradores de crímenes contra la humanidad mas conspícuos del siglo
XXI, se refieren
a aquella época con añoranza inocultable.
Pérez Jiménez,
pasó medio siglo como "don" Marcos, en un palacete del
extrarradio de Madrid, regordete, plácido, pero sobre todo,
contabilizando y recontabilizando con
fruición de avaro, el producto de sus saqueos al Fisco.
"Baby
Doc",
en la actualidad, es un refinado parisién que de cuando en cuando amaga,
sin demasiadas ganas, con
regresar a Haití a reconquistar la Presidencia, que abandonó hace
diez años
Alfredo Stroessner, vegeta en una masión de Brasilia; Raoul Cedrás
y Bucaram, matan el tiempo en los casinos de Panamá y Amín Dadá,
genocida de Uganda, murió de viejo en su exilio dorado de Arabia Saudita.
La vituperada
globalización, en este caso de la justicia, amenaza con acabar con esas
idílicas jubilaciones. Podrá dudarse de sus verdaderos propósitos
morales. No importa. En estos, como en otros casos, cuentan poco las
intenciones sino los resultados tangibles.
TIEMPOS
MODERNOS. Más que una mala racha para los ex mandatarios forajidos, se
trata de una advertencia para todos los imbéciles en ejercicio, que
deliran cuando están en posesión de un cargo. Desde una prefectura civil
hasta una jefatura de Estado. Son gente que cree que el Poder es para
siempre o que pueden ejercerlo con desmesura "hasta el 2021".
Presidentes y magistrados, ministros y generalotes con vocación
celestina. Les dedicamos de manera cordial la presente nota, para que se
curen en salud antes de que sea demasiado tarde.
Este
tres de diciembre, un juez de la audiencia territorial de Nuremberg, libró
orden detención contra Jorge Videla, Emilio Massera y Carlos Suárez
Masson, militares argentinos sindicados, entre otros delitos, del
asesinato de los súbditos alemanes Elizabeth Kaesemann y Klaus Zieschank.
Apenas 24
horas después, el tribunal internacional que juzga los crímenes en la ex
Yugoslavia, condenó a 30 años al general Stanislav Galie, culpable de la
masacre perpetrada en Sarajevo.
Por si
fuese poco, esa misma semana, Arnoldo Alemán Lacayo, ex
presidente de Nicaragua, recibió 20 años de cárcel, por delitos
contra el patrimonio público. Simultáneamente, pero a varios miles de
kilómetros de distancia, Interpol libraba orden de captura mundial,
contra Charles Taylor, culpable de corrupción y de crímenes atroces en
su recién depuesta tiranía en Liberia.
¿
Recuerdan los
lectores, a Imelda, esposa del ex sátrapa Ferdinand Marcos, célebre por
sus 600 pares de zapatos y su colección de joyas que exhibe con jactancia
en la Internet? Pues este diciembre
enfrenta la posible revocatoria de su libertad bajo fianza. Todo
porque violó por unos cuantos días, el permiso que le fue dado para
salir y regresar a Filipinas.
Alberto
Fujimori,
tampoco está seguro en Japón. Aparte de la solicitud de extradición que
han formalizado las autoridades peruanas sobre su cabeza pende, también,
una orden de captura librada por Interpol a mediados de año. Así que más
allá de la vergonzosa alcahuetería de los japoneses que lo protegen, no
puede asomar
su nariz fuera de los confines del archipiélago, sin el riesgo que lo
recluyan en la misma celda de Montesinos.
Ni
siquiera
los Presidentes en pleno ejercicio están inmunes de esta escalada
tribunalicia contra los mandatarios gamberros.
Salvo que
sea para La Orchila, Fidel Castro, titubea cada vez que recibe
invitaciones para salir de Cuba y hay quien asegura que
"El Comedólares", "El Camastrón" y hasta el
minijet, adquirido días atrás por la Citgo, corren el riesgo de
convertirse en piezas de museo. Después de todo, tampoco hace falta tanta
parafernalia, para ir y venir de La Habana y para visitar, a
"Tirofijo" únicos sitios seguros
para determinada categoría de pasajeros.
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