Esperanza Bolivariana

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Con los adecos se vivía mejor, pero con los quintarrepublicanos vivimos más mejol . . .


 

El articulista revela, el extraño avance científico, que acabaría con las penosas persecuciones contra los saqueadores del Tesoro Público.

 

El bolivariano Borromé se desperezó en su silla ejecutiva. "Con los adecos se vivía mejor, pero con los quintarrepublicanos vivimos más mejol. ¡Ahhhhh!"- se dijo para sus adentros y para sus afueras, en medio del más descomunal de sus bostezos.

Eran las 9:30 de un miércoles. Alberto Freddy Borromé Echenagucia - el bolivariano Borromé, para sus relacionados y amigos- levantó minucioso inventario visual de su oficina de Director General Sectorial de Contrataciones Sin Licitación - ni cosa que se le parezca- del ministerio de Infraestructura. Nada había cambiado. O casi nada. El mismo cuadro del Comandante con la banda Presidencial colgado en la pared lateral; el mismo intercomunicador; el mismo escritorio; el mismo barrio marginal a través del ventanal del piso 35 y la misma montaña de documentos retenidos sobre su escritorio, por flojera, por incompetencia o en espera que, el o los interesados, "se manifestasen".

Apenas, había tenido que reponer las fotografías de la esposa e hijos en compañía de "Saddam Husseim", el perrito barriobajero de la familia, y por su puesto, el afiche autografiado de Miquilena, extraviado en medio del allanamiento policial.

Dicebamos hesterna die, reflexionó como un verdadero Fray Luis de León que se reintegra a su misma cátedra, luego de un receso relativamente largo. Solo que en este caso, ni el receso fue prolongado, ni las lecciones eran de apologética, sino de bájate de la mula, movimiento 'e bemba y cómo quedo yo ahí, aparte que nada de latinajos. Su espectacular reenganche con pago de salarios caídos, se resumía en el cero hits, cero error, cero carreras, propio de la germanía de un jefe de Estado que mira para San Felipe, cuando se percata del mal paso de alguno de los miembros del llamado "proceso".

"El siglo XX y lo que va del XXI han acumulado sobre el planeta, una suma de problemas que amenazan con el aniquilamiento de la especie humana. El narcotráfico, la destrucción de la capa de ozono, el sida, la ruptura del equilibrio ecológico y los problemas derivados de la explosión demográfica; el agotamiento de las reservas de combustible y la contaminación de las fuentes de agua; los desechos radiactivos; el efecto invernadero, las guerras, la violación de los derechos humanos, la subnutrición en los países del Tercer Mundo; el virus ébola, el smog y ahora, la escalada del terrorismo en sus expresiones más abominables".

Los lectores tendrán la amabilidad de recordar la avalancha de acontecimientos que aquella mañana, se precipitaron sobre el bolivariano Borromé. Una historia arrancada de la vida misma. A saber: tranca de la avenida Lecuna por la asociación de contratistas del ministerio, que protestaban porque el susodicho bolivariano, les había cobrado -por adelantado- el 20% de comisión por los contratos de reparación del dispensario del caserío "El Mamón Macho", solo que ni en el caserío en cuestión había dispensario, ni existía localidad alguna con un nombre tan ridículo. Además, "algún envidioso de nuestra dicha" se había dado a la tarea de circular por la internet, lo del apartamento en Miami y la "Todoterreno" que le había regalado a segundo frente.

- No te pasará un carrizo- le había pronosticado con la serenidad del sabio, Mendocita -¡Qué grande eres, Mendocita!- un veterano en el ministerio desde los tiempos de urredé, cuando le llegaron una tras otra, la destitución del ministerio, una citación para la Contraloría, la orden de captura de la PTJ y una demanda de divorcio.

" Un grupo multidisciplinario se ha abocado a la solución radical de los problemas de superpoblación y carencia de espacio vital que acabarían con sus subproductos de guerras, hambrunas, epidemias y amenzas contra la especie humana enumeradas al comienzo. La palabra clave es multiplicar por tres la superficie de nuestro planeta ¿Hacer más grande la masa de nuestro globo? No, - responden los sabio del citado proyectos- hacerlo más grande, mediante la reducción del peso y tamaño de sus habitantes, en especial del más depredador de todos: el humano. La estatura y peso promedio de éstos, es de 1,75 metros y 85 kilogramos. Si en lugar de 1,75 mts y 80 kgs, cada uno tuviese una talla de 0,60 metros y un peso de 26 kgs. -la tercera parte de sus medidas actuales- el efecto práctico que se obtendría es el de aumentar por tres veces el espacio y riquezas del planeta tierra ¿Ciencia ficción? En lo absoluto. Ya ha sido ensayado con éxito, la aplicación de ciertos rayos catódicos en la reducción de mamífero menores. El equipo experimentador estima que en unos 10 años estarán listos para someter a todos los seres humanos a tales radiaciones. Total, una forma viable de multiplicar por tres los nuestros recursos aprovechables y terminar con las pugnas para distribuirlos...

El bolivariano Borromé aspiró su cigarrillo, lanzó la revista que había traído a la oficina, para matar el tiempo y se precipitó sobre el teléfono:

-¡Gertrudis, Gertrudis! ¡Qué han inventado una máquina para meter mano en el tesoro público, sin los consabidos contratiempos!

 


© 2001 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio