El programa
que ahora se pone a orden de los legisladores, integra doce módulos que
suman 200 horas de adiestramiento. Técnica legislativa, libertad y
desarrollo, dilemas éticos de la política, diálogo para una democracia
plural, geopolítica para la paz y la integración, transparencia y eficiencia
presupuestaria, historia civil de Venezuela y comunicación efectiva, son los
temas que aparecen en un pensum que culmina con, diploma, brindis, medallas
y acto formal con toga y birrete. Una oferta gratis difícil de rechazar en
condiciones normales. Solo que en la Revolución Forajida, lo normal es la
anormalidad.
¿Cuál será el
destino de los cursos de “Liderzgo y Visión”?
Hasta el
momento de escribir la presente crónica, ninguno de los potenciales
graduandos, se había matriculado.
Es sabido
que el desarrollo de las habilidades, es directamente proporcional a las
necesidades específicas de cada individuo. Un habitante de la amazonia
profunda, desarrolla vista, oído, tacto, olfato, incluso, gusto
hipersensibles, de modo de detectar a decenas o a centenares de metros a la
redonda el desplazamiento de una cascabel o la acechanza de un cunaguaro.
Un caraqueño, al contrario, cultiva distintas habilidades para escaparse de
los arrebatones, los secuestros o de las policías de los alcaldes Barreto y
Bernal, dedicadas a extorsionarlo, atropellarlo y violarle sus derechos
elementales.
Los
venezolanos de mi tiempo, recordamos una peliculilla mejicana, que hizo
fortuna en el ámbito latinoamericano. Nos referimos a “Escuela de
Vagabundos” protagonizada por el legendario Pedro Infante
-sin
alusiones personales por lo de vagabundos.
Infante va a dar con sus huesos a la residencia de una ricachona, chiflada y
atrabiliaria, amante de reeducar indigentes. Como era de suponer, la sobrina
de la multimillonaria acaba enamorándose del protagonista quien al recibir
el primer beso de la chica, recobra la memoria y se descubre que además de
magnate, era un filósofo, un sabio o un genio de las finanzas
DILEMAS ETICOS. El
cronista, lo último que desea es aguarle la fiesta
- o los posgrados - a
nuestros muy apreciados amigos de “Visión y liderazgo”. Pero me temo, que su
oferta, por gratuita y muy generosa que sea, caerá en el vacío. Me parece
ver y oír a los presuntos educandos:
-¿Clases
de dilema queeé´? ¡Si el único dilema que tenemos nosotros es, si hacemos la
“señal de costumbre” alzando el brazo izquierdo o alzando el derecho!
Lo mismo
cabría decir del resto del pensum. Ya lo tenemos escrito. Cada individuo
cultiva las habilidades que necesita para sobrevivir. Visto así, es
improbable que ningún diputado se matricule en materias inútiles y hasta
estorbosas - “¿ética?”, “¿transparencia presupuestaria?”, “¿pluralismo politico?” “¡Qué va oh!”- a la hora de revalidar unas curules que no han
dependido ni dependerán, de la laboriosidad en la cámara, sino de la lupa
del peón alzao que tuvo el desparpajo de jactarse de sus designaciones.
HAPPY
END BOLIVARIANO.
Para
peores males, a “Liderazgo y Visión”, le salió competidora. Hace poco, una
de las tantas universidades gobierneras, anunció otro curso similar dirigido
a los parlamentarios, con distinto curricula mentis, pero sobre todo,
de graduación instantánea, tipo el happy end de la mencionada
“Escuela de Vagabundos” (nuevamente sin alusiones personales).
Una
academia capaz de alebrestarle, al sonido de un solo clic, las neuronas a
gente como el diputado Maduro, de modo de mutar de analfabeta en castellano
(“Dicen ‘de que’ no sé hablá, pero no me importa ‘de que’
me critiquen”) a analfabeta en tres o más idiomas. Todo un Canciller,
polígloto, bolivariano y en solo cuestión de milésimas de segundo.
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