Ahora resulta que Chávez no se separa de su perro.
Como lo oyen, pero vamos por partes o por pasos contados. El animalillo se
ha constituido en integrante obligado de la comitiva Presidencial. De modo
que si usted tiene el honor -o desgracia, según las simpatías políticas
con que se las mire- de recibir en su empresa, un allanamiento del Seniat
o una visita de cortesía encabezada por el jefe de Estado, se le estima
tener a mano su provisión de friskis, porque este duro de la protección
de personalidades, quintarrepublicano al fin, anda siempre con hambre
atrasada.
Todo es cuestión de redistribución del trabajo.
Hablamos de los intentos de supuesto acercamiento con la televisión, por
nombrar una de las situaciones que se ha presentado la semana pasada en
los canales comerciales. Mientras el jefe de Estado, sonríe, concede
entrevistas, hace que dialoga, que concilia con los oligarcas de la
prensa, "Talibán", como lo ha bautizado su amo, levanta la
pata, marca territorio con la señal de costumbre y hay quien asegura
haberlo visto abrazado a las pantorrillas de un camarógrafo o de uno de
los radiofusores más respondones, en medio de movimientos rítmicos
propios de su condición perruna. Pa´ que sepan que hay gobierno. De
perros, si es necesario.
MIENTRAS MAS CONOZCO A... Me parece que no nos
estamos portando bien con los perros. El hombre traiciona su amistad más
antigua cuando vende su perro, lo abandona, le delega las tareas más
arriesgadas o lo somete a pruebas de laboratorio, que a lo mejor son muy
fecundas para la ciencia, pero casi siempre resultan letales para estos
animales. Los ecologistas están denunciando desde hace muchos años, la
actividad que consiste en experimentar con perros o hacerlos responsables
de labores de seguridad a riesgo de sus propias vidas.
El perro de Pavlov, nos enseñó muchas cosas, pero
su trabajo le costó aprenderlas. Y sus salivaciones. Los soviéticos
fueron los primeros en mandar una mujer astronauta al espacio. Pero antes
sacrificaron a "Layka" a bordo de una cápsula, que se sabía
que no iba a regresar jamás a la tierra.
Con las mujeres, astronautas o no, tampoco nos
estamos portando bien. Nos referimos a cierta clase de sujetos. En este
momento pienso en uno en específico. Es natural que sus esposas, mientras
más conocen a estos degenerados, en especial sus palizas, terminen por
querer mas a un perro, pastor alemán o barriobajero porque en tales casos
la raza importa poco.
OFICIOS DE PERROS. No es lo mismo salir como un
numantino de otro tiempo, al campo de batalla siempre hipotético y del
lenguaje figurado de un "Aló, Presidente", que morir como un
verdadero perro a causa de un niple o de la vulgar pedrada de un
desempleado, a la vuelta de la esquina.
"Talibán" ha sido cuidadosamente
entrenado para descartar, estas y otras posibilidades despojadas de
poesía y sentido de inmortalidad.
Si el primer magistrado, por ejemplo, tiene previsto
asistir a un juego Caracas-Magallanes, ahí mismo interviene el perrito.
Se traslada con una o dos horas de antelación al Estadio Universitario y
husmea, olfatea la posible existencia de algún artefacto explosivo o de
una espora de ántrax, pero sobre todo huele la posibilidad cierta de una
rechifla tumultuaria. En algunos pobres de espíritu, sería el final. Una
crisis depresiva de varias semanas, sería suficiente para crear un
verdadero vacío de Poder.
De más está decir que en el caso de
"Talibán" hablamos de un animalito astuto, en extremo y de
pésimas pulgas. Que se sepa, nadie ha logrado sacarle ladrido, aullido o
palabras -faltaría más-, que sirvan de pista para conocer su
procedencia. Una diferencia notable con esos negrazos que ahora escoltan
al Presidente, que se comunican solo por monosílabos, pero a quienes
termina por traicionar el subconsciente.
- Señor, señor, que se le ha desanudado, la, la,
la...
- !..la cobbata! -completan estos infelices,
sin darse cuenta que han caído en una celada de algún comando opositor,
para confirmar que son gente del G-2 enviada por Fidel Castro y que han
venido a Venezuela a garantizar barriles de petróleo gratis para la isla.
Al primer disparo o primer intento de golpe de
Estado, este verdadero perro de la guerra, ya sabe a qué atenerse. Sin
necesidad de órdenes o contraórdenes, que siempre corren el riesgo de
ser interceptadas, marchará como un solo hombre o como un solo perro, al
lugar convenido: el Museo Militar.
Ahora que el célebre Martín ha sido nombrado
cónsul en Curazao, no hay quien prepare el café y siempre existe el
peligro de un envenenamiento con cianuro o con alguna pócima embrujada.
"Talibán", lo huele y hasta lo saborea antes de servírselo a
su jefe. En cualquier momento también asciende al servicio exterior, en
calidad de reemplazo del canciller Dávila.
Total, que contra el miedo, los perros. Días atrás
el director de la Disip, me ofreció un fifí entrenado en frustrar
atentados contra la libertad de prensa. Pero con esto de los perros
espías uno duda. Le he dado las gracias por el regalo, pero le he dicho
que no. Que me debo a mi gata "Chocky".
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