O lo que
es lo mismo “de la cintura pa’rriba semos marxistas-leninistas-fidelistas-bolivaristas,de
entrecejo fruncido”, pero a la hora de saquear el Erario Público
y arrasar hasta con el mobiliario de los ministerios, “semos de
esfínteres rocheleros”.
Al final, todo esto tenía
que conducir a lo que condujo: a la aprobación del Código de Ética del PSUV.
Rigurosa normativa de conducta que se ajustará más a obedecer, sin chistar,
que a prevenir y sancionar el oficio más antiguo dentro de la supuesta
Revolución.
¿El Tribunal
Disciplinario de la nueva organización política contabilizará los primeros
descabezados o descamburados, aun, antes de su formalización ante el CNE?
Por el viejo y noble
PCV no nos preocupamos. Se trata de una institución que resistió las
embestidas de López, Medina Angarita, Rómulo, la CIA, las intrusiones de
Fidel Castro, la caída del Muro de Berlín; que salió, incluso, indemne de la
postulación de aquel candidato del peluquín. Un individuo que se las echaba
de “fisno”; que desdecía de la trayectoria de los verdaderos duros
del comunismo vernáculo y que, por consiguiente, estuvo a punto de
transvertir el legendario gallo rojo en gallino.
El caso de Podemos y
del PPT, es distinto. Son dos organizaciones postizas, maduradas con
carburo, beneficiarias de las mismas triquiñuelas que ahora las envenenan.
“!Po’que lo digo yo, pues!” Para emplear el razonamiento más
profundo de nuestro émulo de Stalin, cuando somete a alguien a la purga, a
través del temible ninguneo.
El primer y único
precepto de disciplina partidista a cargo de los pesuvecos, será el recelo
contra la inteligencia, incluso, en los oficios manuales. “Espabilar el
ingenio de sus miembros –reza el texto correspondiente- excitar su
industria e inspirarle cierta predilección por el pan ganado con el sudor de
sus frentes podría despertarles determinadas neuronas características ¡Qué
Dios nos libre! de todo carácter respondón”.
Pero cometeríamos una
injusticia si afirmamos que al Hombre Nuevo del Socialismo del Siglo XXI, se
le ha prohibido leer. Claro, con tal que no se aparten de la bibliografía
bolivariana. A saber: los 240 tomos de los “Aló, Presidente”, “La historia
me absolverá” de Fidel Castro, previa la expurgación del capítulo donde hace
apología del magnicidio, “Mein Kampf” del hermano Hitler, los
“Métodos modernos para convencer al adversario político” legado
filosófico-literario del también hermano Pol-Pot en coautoría con el
súperhermano Idi Amín Dadá.
Los pensamientos de
contrabando, colados o filtrados, en las instancias organizativas del PSUV,
serán objeto de especial vigilancia. A tales efectos se le ha ordenado al
célebre diputado “Diablo Rojo” -lo de célebre, le viene por haber asesinado
a un parroquiano a patadas en una venta de tostadas de la avenida Solano- a
hacer lo mismo con cualquier idea, ocurrencia, novedad o capacidad de
disentimiento, escrito, de palabra o con el pensamiento, que intente
trasponer las entradas de las casas del partido. “Que a las ideas les
aplique lo que aplicó al hombre de la arepera y las traiga embojotadas, como
una reina pepeada o una de cochino con queso ‘e telita, para que yo les
infrinja las amputaciones, mordiscos o magulladuras, que correspondan.
Dado, firmado y sellado en el
palacio de la Obediencia Perruna, al octavo año de la Revolución”.
(fdo) El Nerón de Sabaneta.
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