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Al final,  el nombramiento de "Tatú" recayó en el generalote cuatriborlado. " Es que es el enano más grande del mundo", nos respondieron . . .


Alguna vez escribió Rilke, que el hombre no muere de golpe, con todos los sentidos a la vez, sino que éstos lo van abandonando. Uno a uno. Como una hoguera que se consume con lentitud. A mí, me gustaría despedirme con la mirada. Divisando un atardecer, una flor o contemplar alguna lágrima que se derrama por mi partida.

Cree uno que este gobierno pendenciero ha perdido, casi todos los sentidos y que la hora final no le va a llegar, por la vista, sino por el olfato, que es nuestra única y mejor manera de orientarnos. El tacto, se le ha quedado sin huellas digitales, de contar dinero negro del plan Bolívar, del FUS, del Banco de Pueblo. Los ojos y el oído, estragados por tanta hojarasca parlanchina y en cuanto al gusto, no lo tuvo nunca, a no ser por el de meter mano en el Tesoro Público.

Lo más llamativo de esa falta de orientación, de carencia de olfativa gubernamental que lo condena a sumirse en pendencias casi siempre estériles, lo encontramos en la reciente compra del Air Bus Presidencial.

Casi 4/5 partes de los venezolanos sufre el hambre como una metafísica, como una estética, como si el hambre fuese una estación del año, que se le pasó a Vivaldi. Pero con semejante porcentaje de depauperación, he aquí que los contribuyentes tenemos que pagar IVA, débito bancario y soportar los efectos devastadores de una maxidevaluación, para reunir los 60.000 millones de bolívares que cuesta la aeronave. Lejos de exhibirlos como modernizadores, el aparato último modelo, presenta a nuestros gobernantes como lo que son: unos tarambanas que derrochan las exiguas finanzas públicas, mientras el grueso de los que mueren de mengüa, reciben los mendrugos de la renta petrolera.

LOS ACCESORIOS ESPECIALES. Sea como sea, el avión va. O mejor dicho, viene. El feliz -o mejor dicho, el infeliz- pasajero aguarda el momento más propicio, para que el arribo se produzca en medio del mayor sigilo. Una manera de evitar que los oligarcas -de la prensa, en especial- carcomidos por haberse visto relegados a la ignominiosa condición de viajeros en líneas comerciales, no le den rienda suelta a toda clase de cálculos presupuestarios sobre el número de escuelas, hospitales, de pago maestros, de cultura, que se podrían haber invertido en lugar de gastarlos en un juguete tan extravagante.

Por supuesto que el carácter de semiclandestinidad, le suma valor agregado a las especulaciones. La seguridad de la aeronave, entre ellas. Según leemos en unos reportajes publicados en este mismo diario, el bimotor, constituye un alarde tecnológico en eso de la protección a los jefes de Estado. Porque al sistema de eyección, paracaídas, kit de tranquilizantes, atroverán, salvavidas, oraciones al Negro Antonio y al Zumbón, provisión de pañuelos para la sudoración, el jet agrega un piloto automático que en caso de un ataque de sorpresa, conduce al pasajero directo al Museo Militar.

- ¿Un jacuzzi como parte de equipo de seguridad? - dudaba un conocido, que dragonea como supuesto experto en aeronáutica.

Sí, porque a 40.000 pies sobre el nivel del mar, el miedo es más libre que en tierra firme y en circunstancias extremas, los accesorios de la sala de baño de un avión convencional, pueden resultar insuficientes tomando el cuenta el curriculum del pasajero.

Por si fuera poco, este verdadero palacio del aire es a prueba de jet lag. Los lectores me disculparán una breve digresión sobre este fenómeno. Se trata de un primo hermano del mal de páramo. Al final, de consecuencias similares, vale decir, la multiplicación al cubo de la imbecilidad de ciertos pobres de espíritus sometidos a aumentos súbitos de altura. Lo mismo un peón alzado, que por esas arbitrariedades del destino accede a una jefatura, Civil o de Estado, que un viajero frecuente profesional que pasa días y a veces quincenas, en idas y venidas sobre el Atlántico.

Un usuario de un Air Bus último modelo, por muchas que sean las horas de vuelo, jamás tratará de "tu" al Emperador del Japón, ni de solo tocar tierra, le dará por manosear a la Reina de España, con el subsecuente desprestigio al gentilicio. Me perdonarán los detractores más recalcitrantes del gobierno, si la cosa funciona como lo anuncian los fabricantes, pienso que con este solo aspecto la inversión se pagará sola.

Al momento de escribir la presente crónica, restaban algunos detalles para el recibimiento del aparato. Uno de ellos, quién desempeñará el cargo de "Tatú". Después de descartar algunos autopostulados, el nombramiento recayó en el generalote cuatriborlado. "Es que es el enano más grande del mundo" nos respondieron cuando indagamos por qué un individuo de 1,95 de estatura asumirá tal responsabilidad en nuestra "Isla de la Fantasía".

OTRA VEZ RILKE. La fina pituitaria del poeta, nos enseñó cómo se apaga el aura de una princesa batida por el mar. Con Rilke, sí que se terminó un mundo. Con estos chapuceros, no termina ni comienza nada.

 


© 2002 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio