Don Susanito

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¡ Son fantasmas inventados de los oligarcas de la prensa! . . .


MAS ALLA DE LA INSUMISION, civilizada, pacífica, del coronel Soto, el jueves de la semana pasada, está la persistencia del llamado alto gobierno en negar la realidad que lo circunda. Hablamos de cierta clase de alucinaciones, que sufren casi todos nuestros hombres y mujeres una vez en el poder. Por supuesto que no vamos a cometer la desmesura de escribir que Chávez ha sido el primero en padecer tales fantasías. Pero en lo que sí no cabe duda, es que en esto de engañarse a sí mismo, el actual Presidente constituye un caso de pronóstico reservado.

¡NO EXISTE, NO EXISTE! Los venezolanos de mi tiempo, nos reímos mucho con los enredos del comediante, músico y director mexicano, Joaquín Pardavé, "Don Susanito". Claro, eran los años en que nuestra TV daba sus primeros pasos, no existía el doblaje de películas como lo conocemos hoy y debido al alto índice de analfabetismo, los propietarios de canales comerciales, evitaban transmitir películas con subtítulos. Fué así como los muchachos de entonces tuvimos la oportunidad de acercarnos a actores de una o dos generaciones anteriores a la nuestra, como Armendáriz, De Córdoba, el "Indio" Fernández, "Meche" Barba, Mario Valdez, "Cantinflas", Dolores del Río, los hermanos Soler y este mismo Pardavé al cual hacíamos referencia al comienzo.

En una de sus aventuras, "Don Susanito" es instituido único y universal heredero de una cuantiosa fortuna, pero con una condición: que estuviese totalmente cuerdo. Es así como sus competidores por la posesión de la herencia, para mandarlo directo al manicomio, deciden hacerse pasar por fantasmas que se le aparecen al filo de la medianoche.

Pero "Don Susanito" en realidad, además de loco, era un pobre de espíritu. Así que en lugar de prender la luz de su habitación y disipar a los reales o presuntos seres venido del más allá, se escondía debajo de sus cobijas, cerraba los ojos y se limitaba a repetir una y otra vez en una inútil labor de autoconvencimiento: "¡no existen, no existen!".

LA ASPERRIMA VERDAD. Lo más estupefaciente de las manifestaciones en contra del gobierno, no son sus magnitudes, ni la persistencia, sino la negativa de este último de admitir su aspérrima verdad. Ocurre que toda gestión al frente del estado, acusa en algún momento deterioro en su margen de aceptación. Pero la única alternativa que tiene un mandatario público de superar esta clase de descalabros, es comenzar por reconocerlos.

Suele decirse, que los políticos son escritores fustrados, que dominan el arte de encontrar las palabras adecuadas a cada situación. Pero para ello hay que tener alguna creatividad.

¿Tienen ese mínimo de imaginación los defensores de la obra del presidente Chávez?

Sus intervenciones el jueves por la noche, atestiguan lo contrario. El nuevo ministro del Interior con unas acusaciones contra el coronel Soto que no hacen más que desconocer que no era éste, en realidad, el protagonista de esa jornada, sino el rechazo espontáneo y multitudinario a un Presidente querellómano. Por si fuera poco, había que presenciar al diputado Maduro, cuando acusaba a un grupo de disidentes por sonar cacerolas y portar pancartas a las puertas de "La Casona".

- ¡Asustar a doña Marisabel! ¡Permitirse expresiones contra el Presidente al píe de la ventana de la habitación de Rosinés, una niñita de cuatro años! – balbuceaba Maduro, en lo que para él, era un ataque certero contra los adversarios del régimen.

Que lo diga yo o que lo diga usted pase. Pero que lo diga el vocero de un hombre que no se distingue demasiado por respetar a la mujeres, aparte que el cuatro de febrero del 92 bombardeó La Casona y que si no asesinó a la entonces Primera Dama, hijos, nietos y demás deudos, fue porque los proyectiles no estallaron, es algo más que una imbecilidad.

FANTASMAS. Son las 11:45 pm del siete de febrero. Un hombre en posición fetal, se balancea en medio de movimientos rítmicos sobre su lecho. Imposible saber si sostiene con su brazo izquierdo un Teddy Bear, mientras usa el índice de su mano derecha como un biberón. Una cobija lo recubre completamente. Se niega a encender la luz y darle la cara a su tragedia. Ya le ocurrió el 15 de diciembre del 99 y en medio de otras situaciones de crisis. ¿Las manifestaciones populares espontáneas, el malestar en los cuarteles, los conflictos con la Iglesia, Estados Unidos, Colombia, los empresarios, la central obrera, las deserciones de sus camaradas de siempre?

-¡No existen, no existen! ¡Son fantasmas inventados de los oligarcas de la prensa!

A ver qué hacemos los venezolanos, con este Don Susanito.

 


© 2002 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio