Diplomacia Peculiar

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Con motivo de la publicación de un informe en materia de derechos humanos, cobra vida una nueva modalidad diplomática . . .


 

  José Vicente Rangel, declaró la semana pasada, que para él, la evaluación correspondiente a 2005, en materia de derechos humanos rubricada por el Departamento de Estado, no es más que papel tualé.

 

Tualé, viene del francés toilette, cuya segunda acepción al tenor de mi viejo diccionario de la Librairie Larousse, significa “aseo”, lo que trae como corolario la decisión del alto gobierno revolucionario de limpiarse, literalmente, donde la espalda pierde su decente nombre, con las advertencias por perpetraciones como las listas de Maisanta y Tascón, las ejecuciones policiales y a través de escuadrones de la muerte, los hostigamientos a abogados y periodistas por ejercer sus oficios, los asesinatos de fin de semana, los dramas carcelario y hospitalario.

En fin, unas cosillas sueltas por ahí, para quienes, la vida, la salud, la libertad y el derecho ajeno no es la paz, como proclamaba Juárez, sino asunto de asearse sus propias esteatopigias.

Desafortunadamente, tal réplica oficialista recibió una contrarréplica no menos desafortunada. Nos referimos a las declaraciones de mister Brownfield, embajador de la Casa Blanca en Caracas. Para el diplomático norteamericano las personas que se sintiesen aludidas por el informe de State Departament, quedaban en libertad de hacer un sayo con sus respectivas camisas. O con sus posaderas. Lo que incluye, caso de persistir la mencionada espada de Damocles bolivariana, la posibilidad de higienizarse, en lugar de con papel toalé, con una laptop. Es que mister Brownfield, ha advertido que los norteamericanos, no divulgan tales evaluaciones en impresos de ninguna naturaleza. Simplemente,  las colocan en la Internet, de modo que según el embajador, la única posibilidad de ejecutar una pena como la pronunciada por el señor Vicepresidente, sería en el corpus de los ordenadores personales.

¡ M0NITORES, TEMBLAD! Tal es el mensaje que recorre, como un espíritu burlón el mundo de los cyber cafés, porque ningún bolivariano, por fanático, ni incondicional que se considere, va a aplicarle esa especie de silla eléctrica a un computador de su propiedad, de allí que los dueños de los aludidos establecimientos comerciales teman, con justificada razón, que los platos rotos de este impasse diplomático, los terminen pagando ellos, que son la parte más débil.    

El cronista, cuando escucha contrapunteos como el de los dos altos funcionarios mencionados  no puede más que llevarse las manos a la cabeza. Uno, espera un debate de altura, serio, con argumentos y pruebas en mano, que contribuya al anhelo de un mundo mejor, en el que se consolide el respeto a los derechos humanos. En todos los países, sin excepción. Incluidos, Venezuela y Estados Unidos porque en tal sentido nadie se encuentra libre de sospecha.

Sin embargo, la mencionada polémica degeneró en una banalización, pero sobre todo vulgarización indeseable. Como si la supuesta materia prima del papel sanitario de los personeros de determinado gobierno, fuese la vena de un asunto que demanda, caiga quien caiga, verdaderas sanciones ejemplares.

GERMANIA REVOLUCIONARIA. Puntualizado lo anterior, cometeríamos una imperdonable injusticia si dejamos de señalar al responsable de haber lanzado la primera piedra de procacidad, de escatología y de malas palabras en el manejo de un tema tan delicado.

En tal sentido, todos los dedos acusadores apuntan hacia el sedicente gobierno revolucionario, consustanciado con el empleo de una artillería lexical, que lo mismo manda al cipote a Tony Blair, su antiguo mentor; que declara “Cachorro del Imperio” al presidente Fox, por el solo pecado de disentir de las supuestas desventajas del Tratado de Libre Comercio, para culminar con la joya de la corona en materia de coprolalia, pésimos modales y poca o nula consideración hacia el sexo femenino. Nos referimos al episodio en el que se solicitó, un voluntario, entre los miembros del alto gobierno, para viajar directo a Washington, y darle “lo suyo” a Condoleezza, quien por mujer y quizá por negra, se presumió presa de destemplazas a causa de su “falta de marido”.

LA GUERRA DEL PAPEL TOALE. En otro tiempo, se censuraba aquello que se denominó de manera peyorativa, la diplomacia de micrófonos. Una perversión que consiste en ventilar a través de declaraciones de prensa, cuestiones que se tienen que sujetar a la fina ciencia de la negociación internacional y la resolución pacífica de las controversias. Ojalá que a la vuelta de algunos años la historia del Derecho Internacional Público, no registre este episodio del papel toalé, como la institucionalización, de lo que se denominaría, la diplomacia del lugar donde la espalda cobra su indecente nombre.

 


© 2006 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio