Cumpleaños Infeliz

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En el aniversario de Caracas, el articulista analiza la controversia planteada sobre la posible fecha de su fundación . . .


 

 

El cronista, es un citadino a dedicación exclusiva, por lo mismo, se niega a cualquier permanencia aunque sea temporal, en lugares donde reine el aire libre de contaminación. El cronista, además, es un detractor del “todo tiempo pasado fue mejor”, por consiguiente, no colecciona objetos ni fotografías, igual que considera mabitosas, las fiestas de reencuentros con sus ex condiscípulos de primaria y bachillerato.

Pese a las anteriores profesiones de fe en el presente y la vida urbana, el cronista, no puede menos que reconocer las bíblicas plagas de Egipto que  han caído sobre nuestra amada Caracas.

 

No es cosa de la nostalgia por los techos rojos, como tampoco estar pensando en un retiro bucólico. Solo que el menos habitable caserío interiorano del país o la época más oscura de la historia de nuestra capital constituyen auténticas Jaujas si se las compara con el deterioro de la calidad de vida de los caraqueños en estos últimos siete años.

CUMPLEAÑOS INFELIZ. Hoy, se conmemora un nuevo aniversario de la fundación de nuestra capital. Pero no. Cuando todos sus habitantes esperábamos una modesta festividad seguida de algún mea culpa de sus autoridades municipales, he aquí que el alcalde Barreto ha declarado la suspensión de cualquier acto alusivo a la efemérides. Todo porque según una investigación a cargo de unos historiadores pagados por su despacho, existen dudas sobre la fecha exacta en que se fundó la capital.

A ver si nos entendemos mejor, amigo Barreto. Usted, debe ser un individuo que frisa los 50 años. Además, afirma ser nacido y criado en la ciudad, por lo que si las matemáticas no fallan, debe tener cerca de medio siglo, comiendo, viviendo y haciendo el resto de sus necesidades dentro de los confines de esta última, lo que incluye haber recibido instrucción elemental en los colegios o grupos escolares de la localidad. Aparte de lo anterior, asumimos que durante su campaña electoral, hizo algún esfuerzo por conocer mejor la ciudad y que en los seis o siete meses que tiene administrándola se habrá empinado, un tanto, sobre sus ignorancias en la materia.

Visto lo anterior, nosotros pensamos que hay algo podrido detrás de esa Dinamarca del congelamiento de la celebración de la fundación de la ciudad, so pretexto de unas supuestas investigaciones históricas.

¿Acaso no sabía, Barreto, lo del 25 de julio de 1567?

Lo sabemos casi todos los caraqueños, desde los libros de texto del recordado Hermano Nectario María: como el acta o partida de nacimiento de la ciudad, por así llamarla, nunca apareció, se establecieron como probables en cuanto el  día, el de Santiago apóstol y en cuanto el año, el  que Losada guerreaba o más bien depredaba por la zona.

No me venga, Barreto, conque usted tampoco sabe quién es el Hermano Nectario María y que igual no le suena el nombre de Santiago apóstol.

Hoy, era una buena oportunidad para que usted diera la cara. Para que le dijese a su colega Bernal: “¡Eh, Freddy, vamos a darnos una vueltecita por la esquinas de Curamichate, Páratebueno y tantas otras, a recoger las toneladas de basura amontonada que ponen en peligro la salud de esos vecindarios y zonas aledañas!”. O para que se diese una pasada por los hospitales a los efectos de constatar el grado de incuria en que se encuentran sus centros asistenciales. O todavía mejor, hoy era una excelente ocasión para ponerse los pantalones con el problema del hampa de modo que los caraqueños, en lugar de vivir en estado de sitio, volvamos a los espacios libres que alguna vez nos ofreció la capital.

LA VERACIDAD CARAQUEÑA. En realidad, nos da lo mismo la fecha y el nombre del fundador de Caracas. Si eso es así y usted, Barreto, lo sabe mejor que nadie ¿a qué  obedeció la utilización de una excusa tan peregrina para pretender distraernos de nuestros verdaderos intereses?

La hipótesis más plausible, es que usted nos tiene por pendejos y se conduce en consecuencia. Sin embargo, como nunca falta alguien con peores intenciones que  la nuestra, hay quien dice que la citada congelación de este 25 de julio obedece a una causa menos inocente. Nos referimos a que en lugar de festejar, lo que tenemos los caraqueños son motivos de de arrepentirnos, de lamentarnos, por haber elegido las autoridades que elegimos, en específico su caso y el caso del alcalde Bernal, cuyo municipio Libertador se ha convertido en una inmundicia interplanetaria.

Más prioritario que las posibles fechas de fundación de una ciudad, es el problema de la desfondación de un país entero y en ese particular, todos los dedos acusadores apuntan en un solo sentido: la revolución forajida, desvergonzada, pero sobre todo, desfondadora.

 


© 2005 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio