Comprender la Revolución

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Guía especial para extranjeros, para la comprensión de la llamada revolución bolivariana . . .


 

Platón, Aristóteles, Polibio y Cicerón, creían que la mejor constitución política, era la que tomaba algo de la  monarquía y algo de la democracia. “Un sistema mixto de ambas” demandaba el estagirita, como modelo ideal.

Más tarde, Montesquieu, desarrollaría y le daría forma a tales postulados a través de su venerable teoría de la división de poderes. Bobbio, para concluir esta apretada síntesis con un teórico contemporáneo, miraba las  combinaciones de sistemas, casi, como sinónimos de gobiernos moderados y justos.

 

Visto lo anterior, la conclusión que parece obvia es que las recomposiciones con modalidades antagónicas de gobierno, son saludables y que de ninguna manera deben desalentarse por despóticas, corruptas o poco operativas.

ESCENA BOLIVARIANA UNO. 6:00 de la tarde de un Domingo de Resurrección. El gentío pugna por regresar cuanto antes a casa, por la autopista Caracas-La Guaira. Un chofer de boina roja, milagrosamente ileso después de chocar a exceso de velocidad su auto contra el poste de alumbrado, hace “una necesaria” en pleno canal rápido de dicha autopista, mientras espera por una grúa. A bordo de un camión de carga, de ninguna forma habilitado para transportar pasajeros, dos docenas y media de parroquianos que consumen rinquincalla con “Caballito Frenao”, festejan al hombre que defeca en la vía.

- ¡Uhhh, aaaaá, Chávez, pa’ gozaaá! - es el grito de guerra que corean a ritmo de bugaloo.

Cada conductor, respeta o irrespeta, a su aire, las normas de circulación. Reina el más absoluto caos, que dejará en la temporada de asueto, un saldo de cerca de 500 muertos por accidentes viales. Todo ante la vista gorda, permisiva y blandengue de la misma Guardia Nacional, que dos semanas atrás, rigurosa, severa y de malas pulgas, le había caído a patadas, en la avenida Libertador, a una matrona inofensiva, que pretendía entregar un panfleto, en el que denunciaba el descarado fraude de la mayoría oficialista y venal del Consejo Nacional Electoral.

ESCENA BOLIVARIANA DOS. Después de pasar revista a los millardos en cuentas irrecuperables que mantienen en quiebra técnica a los bancos, “de la Mujer”, “del Pueblo”, “de los Pobres”, “del Taxista”, “de la Ruta de la Empanada”, “de los Conuqueros, Gallineros en Platabanda, Cultivos Hidropónicos y similares del Distrito Metropolitano y Estado Miranda”, el Consejo de Ministros llega a la conclusión que valió la pena la rebatiña. Todo, con tal de substraer a nuestras clases desposeídas de los efectos deletéreos de la globalización y del neoliberalismo apátrida.

A escasas cuadras de allí, tiene lugar otro conciliábulo. Es el directorio de un conglomerado bancario internacional, que decreta la repatriación de utilidades anuales que exceden su capital, porque, ese mismo Estado con supuesta vocación antiglobalizadora, lo mismo desnacionaliza la administración de nuestra riqueza petrolera, acaba con la industria nacional porque da puerta franca a la importación, que le entrega a los banqueros, bonos que rinden el 48% anual, mientras los autoriza a que remuneren los ahorros de los sectores más depauperados, con un exiguo 5%.

LOS VERDADEROS DILEMAS POLITICOS. Autoritarismo o democracia protagónica y participativa. Neocomunismo o extremismo derechista encubierto. Anarquía atolondrada o jefatura de Estado severa, represora de derechos esenciales. Tales son algunos de los aparentes extremos, entre los que se debate nuestra actualidad. Al menos desde las perspectivas tradicionales, que son las utilizadas –como cabe esperar, sin mucho éxito- por quienes pretenden comprendernos desde el extranjero.

YA LO TENEMOS ESCRITO. Es saludable la práctica de combinar sistemas políticos, en principio antagónicos. Siempre que se copien los mejores y de ninguna manera, los peores insumos de cada uno de los regímenes que se pretenden utilizar de modelos. A fuerza de hacer esto último, no constituye una desmesura, cuando se afirma que se ha constituido en Venezuela una verdadera escuela política con características propias. A los amigos extranjeros, les recomendamos partir de esa premisa, si es que quieren saber lo que pasa en nuestras cuatro paredes.

¡Qué comunismo, qué autoritarismo, ni qué democracia protagónica y participativa!

Vivalapepismo populachero, gamberro, depredador, represor de los derechos elementales del adversario, buscapleitos con los gobiernos vecinos y organismos internacionales, pero mayormente, negadora a cada paso, de si misma. Para entendernos mejor. Toda una filosofía vernácula a la medida de una revolución forajida. Y al cipote con tipos como Platón, Aristóteles, Polibio, incluido Montesquieu.

 


© 2004 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio