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De la Venezuela de donde es  el pitcher Omar Daal . . .


No lo busque en los box scores

¡Phillies, suk ... ! - el gañote de los fanáticos sentados detrás de mi asiento retumbó en el legendario Monstruo Verde que corona el jardín izquierdo del Fenway Park.

En realidad el grito de guerra del graderío del parque de beisbol de los Medias Rojas nació con un destinatario diferente: su archirrival, los Yankees de Nueva York. En roman paladino significa "Yanquis, mamen" y los parroquianos que así lo deseen pueden portarlo impreso en calcomanías, gorras, franelas y demás gadgets. O gritarlo a voz en cuello. Como los jovencitos que me lo lanzaron en son de camorra, cuando me levanté a vitorear la doble matanza con la que el venezolano Omar Daal completó los siete ceros que aseguraban la victoria de los Phillies sobre el equipo de casa.

Esa noche en los bares de no muy buena muerte, que pululan en los alrededores del Fenway, las rascas fueron lloronas. Perder forma parte del juego. Pero que a su astro Pedro Martínez prácticamente lo sacaran a palos es algo difícil de aceptar. En cierta etapa de su deliriumm tremens uno de los borrachitos, que minutos antes era capaz de dar la vida por el pitcher estelar del equipo, le lanzó una acusación particularmente cruel: "Seguro, mañana alega dolores en su hombro. Lo hace cada vez que pierde por paliza".

Los aficionados no quieren excusas. Para ellos, un pelotero que gana diez o más millones de dólares al año debe justificar su sueldo y, si es necesario, hacerlo en medio de las lesiones que pueden arriesgar su futuro. Pedro Martínez lo cuida y precisamente aquí localizamos otro elemento que se suma a la controversia. Porque así como sus detractores - sobre todo después de perder un juego le lanzan acusaciones de desertar ante la mínima molestia, entre los peloteros circula la conseja según la cual a Bill Morgan. médico del equipo, parece importarle más que los Red Sox ganen el presente campeonato que la preservación de la salud de los atletas para próximas temporadas.

Sea como fuere, al día síguiente la predicción del fanático se cumplió. Martínez anunció dolores. Concretamente en su "Manguito rotador", ese conjunto de tres tendones que trabajan a máxima presión en la abducción y rotación externa del hombro al ejecutar el cockíng, así denominado porque en medio de ese movimiento el lanzador tiene una pierna en el aire, como un gallito. Pero para avivar la polémica, Martínez se marchó hasta Anaheim, California, donde al contrario de la opinión de Morgan otro médico dictaminó que debía cumplir el proceso de rehabilitación que lo mantiene todavía en la lista de incapacitados, con pronóstico de reincorporación para la primera semana de agosto.

-¡Oh, my God! ¡De Venezuela, el país donde es presidente un imitador de Fidel Castro, se alarmó noches atrás un taxista con una gorrita de Yankees suck! después de preguntarme mi nacionalidad.

-No, de la Venezuela de ningún imitador de Fidel Castro. De la Venezuela de donde es Omar Daal, el pitcher que le ganó a Pedro Martínez hace tres semanas y, de paso, lo mandó para la lista de incapacitados, porque después de los gritos de los fanáticos tampoco iba a quedarme con esa.


© 2001 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio