Adiós "Aló, Presidente"

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La llamada Ley Mordaza y el extraño caso, del cazador cazado . . .


 

La sola posibilidad, hizo crujir los cimientos de la Revolución Forajida. En ese particular, se le estima a los lectores la mayor comprensión hacia los partidarios del régimen. En un país donde las palabrejas “temporal y provisional” se encuentran en el punto más bajo de sus descréditos, se entenderá que el anuncio de un supuesto paréntesis, por dos meses, de los “!Aló, Presidente!”, haya desencadenado una ola de temores.

-¿Dónde van a aprender modales nuestros muchachitos!” sollozó la parlamentaria de los rulos, apenas descendió del jet ejecutivo que la lleva y la trae a Miami, como quien va y viene a Petare.

 

-¿Qué será de mí, sin las clases de historia, geografía, trigonometría, sexología, astrología, música, actuación, de gallineros verticales y horizontales, de joropo, con sus respectivos etcéteras que se imparten cada fin de semana? - le replicó su colega de los bigotes, que no aprobó ni el tercer grado de primaria, que lee y escribe con dificultad, que suma y resta con los dedos, pero que se siente con pleno derecho a ser el próximo presidente de la Asamblea Nacional.

EL PAQUETE GORILA. En un principio, la inminencia de la aprobación de las leyes Mordaza y de reforma al Código Penal minimizó el vacío creado por la suspensión, no tan temporal, como se verá, de las alocuciones dominicales. Después de todo, el paquete de leyes gorila, pondrá fin a décadas de atropellos de la prensa escrita, así como de sus pares radiales y televisivos. Vale decir, al que no lo agarre el sin nariz de la censura de las Comisiones de Programación de los medios radioeléctricos, para preservar la pureza de nuestra infancia, no lo pelará el chingo de los repotenciados delitos de difamación y vilipendio, según los cuales, a los funcionarios bolivarianos ni con el pétalo de una rosa. O de un buen cacerolazo.  

¿Se acuerdan de aquel film, protagonizado por Ugo Tognazzi, “La jaula de las locas”, que narraba las aventuras y desventuras de una parejita de señores con cierto tumbao? Pues no va más, lo de las locas. La numerosa representación de ese gremio en el alto gobierno bolivariano, puede salirse del closet - o de la jaula - sin temor a las parodias irreverentes y sin necesidad de darse por aludida por la exhibición de tal especie de películas. Blancanieves, será otra. Tendrá que irse con su música y sus enanos para otra parte. Todavía la Comisión de Programación a punto de juramentarse, debate los efectos que sobre la formación de los niños, tiene el ejemplo de una chica que se mete en la cama, al mismo tiempo, con siete hombrecillos. Pero de lo que no tienen dudas estos censores en ciernes, es de la necesidad de  ponerle un parao a cualquier sinonimia entre la nobleza de espíritu y la baja pigmentación de la piel.

El mundo de la salsa, tampoco se va a escapar de esta  razzia contra los peores lastres culturales de la oligarquía. Las guarachitas “La bemba colorá” interpretada por Celia Cruz (q.e.p.d.) y “Mataron al negro bembón”, que hizo famosa “Maelo” (q.e.p.d, también) - en particular a causa del estribillo “¿por qué lo mató, diga usted la razón? / ¡Yo lo maté por ser tan bembón! / ¡Y ya, y ya, y ya!  - serán pasadas a un tribunal disciplinario, post mortem, para que se establezcan las responsabilidades del caso, incluso, la fundada sospecha de incitacion al magnicidio.

ADIOS A LA JALADERA. No es dificil anticipar que la presunta victoria que significa la implantación de un paquete legislativo, gorila y conculcador de la libertad de expresión, terminará por volverse contra sus autores.

En este particular ya sabemos quién será, al menos en teoría, el candidato a la mayor de las mordazas. Salvo que calificar de  “plasta”   al  adversario o  la patanería de presumir  de  aquello de lo que seguramente  se   carece - como ofrecerle “lo suyo” a la propia - se erijan como paradigmas del gentilicio y por consiguiente, de material formativo para nuestra chiquillería.

La eventual extinción definitiva de los “Alo, Presidente”, a causa de las mencionadas reformas legales, constituirá una tragedia para la continuidad revolucionaria. El negrito que forma parte del gabinete, no tendrá dónde reírle a su jefe, a diente pelado, los chistes, malos, de pésimo gusto o pasados de moda. José Vicente, se quedará sin dónde, ni cómo demostrar que la verdadera lealtad no es reír chistes, sino  pasar ocho o más horas sin hacer una “necesaria” - y poner la cara correspondiente - de modo de no perder, ni una mínima parte de las peroraciones dominicales.

Será el caos. La desolación. El descalabro total de un sistema meritocrático, que a cambio de la obediencia perruna, obvia los deleznables, talento y probidad. Sobre todo esta última.

 


© 2004 Derechos Reservados - Dr. Omar Estacio